tag:blogger.com,1999:blog-24464940454306959272024-03-13T10:22:06.727-07:00Entre el centenoUn rincón donde hablar de lo que quieras, cuando quieras...y dirigido a quien lo quiera disfrutarKawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.comBlogger82125tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-21022377992730908312015-09-09T02:29:00.001-07:002015-09-09T02:29:07.636-07:00El escultor de almas<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No podía parar de
reírme. Me reía a carcajadas. Siempre me pasaba lo mismo cada vez que iba a la consulta de Thomas Leitner, mi otorrino
y amigo de la infancia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Pero bueno Rohan, eres
peor que un niño, ¿tantas cosquillas tienes?- siempre que me examinaba los
oídos con su fina y helada pinza me producía unas cosquillas tan intensas que
rompía en carcajadas. Afortunadamente, Thomas era mi amigo, y podía permitirme
el lujo de reír sin reprimirme.- ¿Cómo va el trabajo?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Muy bien, ya sabes,
peleando con los de la galería. Siguen pensando que un artista expone lo que
pide la gente, y no comprenden que la esencia de mi trabajo es que las obras
hablan por sí solas. Si tienen algo que decir, debemos exponerlas, o si no, se
nos acabará el vivir de ellas.- yo era escultor, un poco excéntrico según las
malas lenguas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- No deberías
menospreciar la opinión de tus socios, ellos conocen el mercado y es normal que
quieran redirigir el enfoque de tus exposiciones, Rohan. No olvides que, aunque
vivimos en una ciudad en la que el tiempo no pasa, el mundo de ahí fuera sí que
se mueve y evoluciona, al igual que las tendencias y las formas de expresar y
crear arte.- una vez más, Thomas tenía razón. Vivíamos en Trier, nuestra ciudad
natal, uno de los rincones más antiguos de Europa y frontera de varias de las
naciones que en el mundo moderno todavía eran escuchadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Bueno, ¿cómo están mis
oídos?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Como siempre amigo,
impecables. Sigo sin entender por qué vienes cada mes a que te los revise. Si
lo que quieres es verme, podemos quedar para tomar unas cervezas. Has cambiado
mucho desde que trabajas en la galería. Ya sales más a menudo y nuestros amigos
me dicen que te ven más cercano y hablador. ¿Estás saliendo con alguien?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">- Ja, ja... Siento
decepcionarte Thomas, pero estoy consagrado a mis esculturas.- Ir a la consulta
de Thomas era casi un hobby para mí, ya que los cuadros e ilustraciones que
tenía por las habitaciones representando todos los entresijos del aparato
auditivo me fascinaban. Sin duda, como todo el mundo que conocía mi obra sabía,
yo era un escultor obsesionado por la fisonomía del pabellón auricular,
normalmente conocido como oreja. Me parecía casi un milagro de la naturaleza
que algo tan amorfo pudiera reproducirse de manera tan exacta en cada persona.
Eso delataba su perfección como estructura receptora de los sonidos, y es por
ello que mi mayor reto desde que comenzó mi carrera escultórica fue siempre
reproducir esta diminuta pero sensible parte del cuerpo con la mayor exactitud
posible. Y la consulta de Thomas siempre me servía de inspiración. Él examinaba
mi oreja con la misma delicadeza y rigor con que yo moldeaba las orejas de mis
esculturas humanas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lo que no sabía Thomas,
ni nadie que me conociera, era la verdadera razón de mi obsesión por las orejas:
mis estatuas me hablaban, y mientras más exhausto era moldeando sus orejas, más
capacidad parecían tener las esculturas para interactuar conmigo. Todo comenzó
el día que estaba terminando de esculpir a Frida Kahlo. Todo en ella emanaba
vida, tal como había ocurrido con la verdadera Frida, aun con sus grandes
limitaciones motoras. Dejé su famoso entrecejo para el final, ya que necesitaba
hacerlo a primera hora de la mañana, fresco y bien descansado para tener buen
pulso. Ahí fue donde comenzó la etapa más emocionante de toda mi vida. Frida me
habló de su entrecejo, de su historia, y me daba consejos para esculpir
detalles en su figura que hiciera la reproducción más fidedigna. Yo no me lo
podía creer, pero cada día que me despertaba, volvía a pasar un suceso parecido
con el resto de figuras humanas de la colección. Empecé a visitar mis
exposiciones a altas horas de la noche para disfrutar de pláticas interminables
con mis personajes, tanto los más célebres como los desconocidos a los que yo
había dado forma y vida, según ellos mismos me decían. Me sentía embriagado por
las confesiones tan parecidas que, dentro de la compleja distancia que separaba
a mis personajes en tiempo y espacio, me llegaban. Desde Rilke hablándome de
cómo la obra de Rodin o de su misma Clara influyeron en su poesía, hasta el
vacío e infantil anhelo que expresaba esa flaca prostituta que esculpí un día
de ofuscación al llegar al taller.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Ellas me enseñaron a
escuchar todo lo que tiene que decir alguien que no se mueve, estático, condenado
a no evolucionar. Comprendí que, después de todo, las esculturas no tienen una
vida muy distinta de la de aquellas personas que ven la vida pasar mientras
hablan del pasado propio y ajeno. En los círculos en los que me movía, la gente
tan sólo quería ser escuchada, y yo me conformaba con observar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Californian FB","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Así fue como, a pesar de
mi desprecio por este mundo injusto donde las personas se encuentran
aletargadas y las estatuas están vivas, mi obra cogió fama como consecuencia de
mi supuesto carisma y mis habilidades sociales, y no al revés. Acabaron llamándome Rohan, “<i>Der Bildhauer der Seelen</i>” (“El escultor
de almas”).<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-63923043538822911322015-09-09T02:23:00.001-07:002015-09-09T02:23:28.450-07:00Ensayo amantísimo<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Amare.</span></i><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">
Amar. ¿Cómo un verbo tan simple puede estar tan cargado de otras muchas,
infinitas acciones? Cuando pensamos en el amor, se nos vienen a la cabeza
numerosos recuerdos de vivencias propias o de otros, y según si se nos encoge
el corazón o el estómago, haremos nuestro consiguiente diagnóstico para
expresar ante los demás si el amor resulta ser “bueno o malo para la salud”.
Porque las personas siempre tenemos cierta tendencia esquizofrénica y suicida a
clasificar las cosas en malas o buenas, no sé muy bien si es porque lo hemos
heredado del catolicismo o porque realmente es innato en nosotros establecer
divisiones y fronteras que nos ayuden a simplificar la vida y de este modo
saber de qué bando estamos en lugar de saber convivir con todos nuestros claroscuros.
Y como digo, esta práctica tan extendida (y que para mí resulta de muy mal
gusto) tiene, en primer lugar, un tinte esquizofrénico, porque nos divide en
dos cuando realmente somos uno; y en segundo lugar, suicida, porque al dividir
su esencia, el hombre renuncia a algo intrínseco de sí mismo, y por tanto, se
sacrifica como ser completo y va a parar directamente al infierno de los
creyentes, que es la infelicidad de los vivos. Ojalá nos hiciéramos cargo de
nuestras vivencias, sean del color que sean, y dejáramos a las palabras
tranquilas, sin mancharlas con los lamparones que dejan nuestras connotaciones.
Pero no acaba aquí el gafe que parece tener en este sentido la familia de
palabras que comparten esta raíz verbal. Algo semejante y no menos escandaloso
y deshumanizante ocurre con la palabra “amante”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Amante significa
sencillamente “el que ama”. No hay trampas ni malos entendidos. No hay putas ni
maridos. Ni noches ardientes, ron con sabor a piel o tangas escondidos. Etimológicamente
hablando, la palabra amante designa a todo aquél que ama. Al esposo/a que ama,
y por eso comienza el día dándole el beso mañanero a su cónyuge y lo termina
haciendo el amor con otra persona. Al esposo/a que ama, y aunque se sabe
engañado por su cónyuge, recupera cada día el aliento con el beso mañanero, y
con él vuelve la esperanza de que se trate de una aventura pasajera que, cuando
acabe, fortalecerá los lazos familiares. También define al tercero/a en una
pareja, que no tiene hora, que aguarda con las joyas, la lencería o el perfume
colocado cual maniquí hasta que suena el timbre del portal y se desmonta la
escena. Una escena que día tras día, va hilando meses o años, hasta que una
tarde el personaje se descubre viviendo entre bambalinas y se cierra el telón.
Hasta aquí quizás quedan descritas casi todas las imágenes que se nos vienen a
la cabeza cuando escuchamos o decimos la palabra “amante” pero, ¿qué pasa si la
viéramos en su totalidad y no la relegáramos al fenómeno “telenovela”? Puede
que nos haya pasado con esta palabra como con tantos personajes históricos que
dedicaron sus vidas a cambiar el mundo, que organizaron revoluciones pacíficas
o que murieron queriendo demostrar el lado humano del ser humano y que, por
tener sus ideas demasiado alcance como para ser atado, el sistema los relegó a
meros ejemplos históricos de ideales firmes de justicia y solidaridad, a los
que homenajear cada cierto tiempo y cuyas hazañas sirvieran de vídeo motivador
susceptible de ser utilizado en estrategias de “coach” para liderar grupos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hombres célebres que pudieron
cambiar el mundo y cuya historia queda relegada a una mera estrategia de
marketing, palabras que describen parte de la complejidad humana que quedan circunscritas
al mundo del pecado, el vicio y el desenfreno.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hoy, que es un día como
otro cualquiera, podríamos aventurarnos. ¿Quiénes son los amantes? ¿Un fenómeno
estético con maneras de Don Juan como describe Mecano? ¿O quizás dos almas que
se encuentran en un punto inoportuno del espacio y el tiempo, y se descubren a
sí mismos en el otro? Con esta descripción coincidía Cesare Pavese con aquello
de <i>“El amor tiene la virtud de desnudar no a los dos amantes uno frente al
otro, sino a cada uno delante de sí”</i>. Él imaginaba la pareja de amantes, pero en el fondo ¿quién no ha experimentado
que el amor alguna vez le hizo vulnerable? Cuando uno ama verdaderamente, lo
que importa ya no es el objeto amado, sino lo que el amor provoca en el amante.
Ser amante no es más que entregarse, a veces de primeras es dejarse caer sobre
una tierra fértil...firme, pero amar al final siempre resulta ser un salto de
fe, un saltar al vacío porque, pase lo que pase, mueras en el intento o te
recoja algún ángel, tú amas, y por eso decides arriesgarte. Y porque amas, te
has desnudado, y desnudo por las calles has vendido tus ropas, gritando con
júbilo que te sientes, al fin, descubierto por la persona o por aquello que
amas; y porque amas, te has despojado de tus armas, esas que tanto te
esforzaste por cargar, cosidas con aguja e hilo de tus heridas pasadas, y las
has tirado al mar, porque has reconocido que el mayor dolor, el que te
traspasa, no lo puedes abatir porque viene de la persona o de aquello que amas;
y porque amas, te has saltado las normas, quebrantarías la ley y tirarías por
el retrete toda esa reputación que con tanto mimo alimentaste si tan sólo con
eso enalteces a la persona o aquello que amas. Al final, ser amante no es más
que un camino de autoconocimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">Porque quien ama, se expone. Quien se expone, aprende. Y quien aprende
evoluciona, aunque no se sabe en qué dirección.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">Personalmente, admiro a los amantes. A los de verdad. A los que aman a
las personas en su totalidad porque aman la vida con detalle. Igual que quien
se enamora de alguien lo acepta con sus virtudes y defectos, de la misma manera,
quien ama la vida debería bebérsela cuando ésta le regala buenos y malos
momentos. Porque reír, al igual que llorar, lo podemos hacer porque estamos
vivos, y sólo quien sabe saborear esa experiencia merece ser llamado amante con
todas sus letras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-weight: bold;">Vivan los amantes de la vida, y por tanto, de todas sus consecuencias.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-52866816063572051442015-09-09T02:14:00.000-07:002015-09-09T02:14:37.761-07:00Fábula del ratón y el gato<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cuenta la leyenda
que Helena y Gabriel estaban predestinados. Se amaron desde pequeños y, a
medida que crecían, el amor que cada uno sentía por el otro también se
incrementaba. Pero había un problema. Helena y Gabriel se amaban, pero sus
familias eran muy diferentes y ellos, a la hora de amar, también eran muy
diferentes. Hoy día también ocurre con muchas parejas, se quieren, pero pelean
a menudo debido a la forma de amar que aprendieron de sus padres y abuelos. Gabriel
venía de una familia de actores y artistas, donde la expresión de los
sentimientos formaba parte de su lenguaje cotidiano. En cambio, Helena era hija
única, criada por padres sobreprotectores de clase alta que le habían inculcado
la frialdad y el desdén como herramientas para crear a su alrededor admiración
y pleitesía, pero nunca cercanía. El corazón de Gabriel ardía en ganas de
compartirlo todo con Helena y era imposible para él controlar sus
demostraciones de afecto y admiración hacia ella. En cambio, Helena se mostraba
reacia ante las cálidas y osadas muestras de cariño de su compañero. Con el
tiempo, aunque Helena en la intimidad pensaba en Gabriel sin descanso, no
permitía que nadie, ni siquiera Gabriel, pudiera sospechar el alcance de los
sentimientos que le profesaba. Tanto era así que siempre portaba en el bolso
sus polvos blanco marfil para ponérselos en el rostro cada vez que algún
pensamiento relacionado con Gabriel la hiciera ruborizarse. Para Helena,
ocultar su debilidad por el hombre que amaba era su arma para mantenerle
alerta, siempre a sus pies y dispuesto a agasajarla, mimarla y protegerla como
el bien más valioso del mundo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los años pasaron. Gabriel
era entusiasta y optimista, y pensaba que la apatía de Helena no era más que
una prueba a superar para ganarse su confianza y, como ella le decía cada día,
“ser digno de su amor”. Quienes les conocían, no veían más que un buen chico
que siempre se mostraba servicial con todos a su alrededor, pero que había
perdido la cabeza e, incluso, el amor propio, al enamorarse de la,
aparentemente, altiva y déspota Helena. Muchos fueron los que, conocedores de
la actitud soberbia de la chica hacia su amante, le advirtieron acerca de la
justicia divina, la humana y la que se suele dar con mayor frecuencia en el
mundo por el simple hecho de que la solemos negar o ignorar: la superstición,
la brujería que practican sólo aquellos que exploran el pasado, el presente y
el futuro. Y así fue como un día, que quedó perdido en el infinito calendario
de las leyendas, sobrevino un hechizo sobre esta pareja en la que el amor no
era el problema.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Así fue como
llegamos hasta aquí, querido Gabriel, a esta casa, a tantas otras casas, a las
calles, a los suburbios y a las plazas. Así fue como se creó el pacto eterno en
el que se me condenó a vivir para el resto de los tiempos unida a ti, sí, pero
enfrentados. No sé cómo ocurrió, ni cuándo... tan sólo recuerdo cómo, en una de
las noches en las que te mostré mi mayor desprecio, soñé con nuestro destino.
Tú siempre estarías entre los gatos y yo siempre viviría como ratón, para así
estar siempre supeditada a tus antojos, atenta a tu rastro y a merced de tu
control. Nos pasaríamos la vida, tú persiguiéndome con apetito como segundo o
tercer plato, yo velando por tus movimientos, mientras me relamería los
remordimientos por no haber cuidado nuestro tiempo pasado, por no haberte amado
con detenimiento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> Así es como, tras el mueble agujereado de la
cocina en la que me encuentro, escribo estas letras sin esperanza de que
alguien las lea, pero para sentirme una vez más tu mujer, Helena. He aprendido
la lección, no soporto la espera de que este hechizo se resuelva, llevo muchas
vidas sin encontrar la solución, así que aprovecharé la próxima oportunidad de
ser tu presa. Pues prefiero encontrar la muerte en ti, que vivir siempre errante
por el abismo que se abre entre tus fauces y mi tristeza.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Dicen los
científicos que cada vez que un gato atrapa un ratón es porque el ratón se
deja. Y dicen los contadores de historias que cada vez que esta paradoja se
gesta, el hechizo se rompe y una pareja del mundo recupera su esencia.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="tab-stops: 257.95pt; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-78682376491054466912015-09-09T02:09:00.000-07:002015-09-09T02:09:49.617-07:00Unidos por un sándwich mixto<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
¿Cómo estás? Hace mucho que no nos vemos…- Por más que le miraba no podía
creérmelo. Le había crecido la barba, parecía un poco desmejorado, pero su
mirada mantenía esa frescura de quien permanece joven, pase lo que pase. Por su
mirada sabía que realmente era él, y no una de mis quimeras, quien me hablaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
Pero… ¿qué coño haces aquí? Se supone que no se te permite salir. Menudo
paquete que les voy a meter a los del manicomio de mierda ése…- intentaba
mostrarme indiferente, y con un tono casi tiránico espantar a ese loco madurito
que ingresé hace casi 4 años en un centro psiquiátrico porque intentó
estrangularme. Mi padre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
Echaba de menos la comida de aquí- nos encontrábamos en el “<i>Little Palace</i>”, un oscuro garito como
tantos otros de Brooklyn donde, hace muchos años, veníamos a cualquier hora del
día a deleitarnos con nuestro bocado favorito, el sándwich mixto. No era nada
especial, incluso el pan pocas veces era del día. Pero papá sabía hacerlo
idéntico. De hecho, se convirtió en todo un símbolo para nosotros, porque cuando
yo era más pequeño y aún vivíamos juntos, yo tenía a menudo pesadillas durante
la noche, y cuando me despertaba exaltado, me bastaba ver una cosa para
recuperar enseguida la calma y darme cuenta de que estaba en casa: en la mesita
de noche estaba el sándwich mixto que papá me había preparado por si me
despertaba en mitad de la noche. Pero esto fue hace mucho tiempo...<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">Ahora
que él permanecía retenido en lo que él llamaba “<i>the pudding prison</i>” (cuando en realidad quería decir “<i>the padding prison</i>”) yo me dedicaba a
venir al <i>Palace</i> dos o tres veces a la
semana a probar el sándwich mixto. ¿Era por la comida? ¿Era por la gente del
bar? ¿O lo hacía porque me recordaba a papá? No lo sé, pero tampoco importa.
Nuestros actos casi nunca importan, porque a la larga, lo que queda es lo que
sentimos, el sabor de boca que te deja lo ocurrido. Y, como normalmente no
hacemos lo que sentimos, pensar en ello es tiempo perdido. Algo así nos pasaba
a mi padre y a mí, nos habíamos hecho cosas horribles, nada que ver con una
relación padre e hijo, pero nos queríamos. Y eso, era inevitable.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
Bueno, ¿qué te cuentas? ¿Has encontrado ya una novia que te aguante?- no lo
decía con menosprecio, sino con desdén, esa soberbia que con disimulo intenta
ocultar cualquier atisbo de abrazo, lágrima o disculpa. Esa armadura del que
ama con dolor, y sufriendo, porque no sabe amar de otra manera. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
No, papá. Recuerda que soy homosexual. Me gustan los hombres. Fue por eso por
lo que intentaste estrangularme.- lejos de temer su reacción, para mí
recordárselo era como un bálsamo. No era por hacerle sentir culpable. Lo que yo
quería después de tantos años de confusión y decepción afectiva era,
simplemente, una explicación. Yo era visceral, como él, y podía comprender su
ira al darse cuenta de que yo no era el hijo que esperaba tener. Lo que yo no
soportaba, no era que mi padre hubiera intentado matarme el día que le confesé mi
tendencia sexual, sino que todavía evitara pedirme perdón. Que se hubiera
resignado a no tenerlo jamás. Que hubiera tirado la toalla tan fácilmente.
Porque yo conocía a ese hombre, y no era orgulloso. Sólo era un cobarde. Y ni
siquiera por eso yo había dejado de amarle.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
Recuerdo ese día. Lo recuerdo cada noche, ¿sabes por qué?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-Por
qué, papá…- no albergaba ninguna esperanza de que me dijera algo útil. Miré el
reloj, era el momento de despedirse.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">-
Porque cada noche intento volver al pasado, a ese día, esperando que lo que
pasó fuera una pesadilla más. Así cuando te despertaras, volverías a tener tu
sándwich recién hecho en la mesita de noche. Y una vez más, todo estaría en
calma, y tú y yo juntos. Unidos por un sándwich mixto.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">Fue
entonces cuando miramos nuestros platos, y de repente, el presente se mostraba
tan absurdo como el pasado. Así que nos echamos a reír.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif";">O
mejor dicho, me eché a reír. A carcajadas. Porque en el viejo “<i>Little Palace</i>” no quedaba nadie, tan
sólo yo y los restos de mi tierno sándwich mixto, el cual me había hecho
inventar un tierno padre. Me reía, porque se me había hecho de noche pensando
en nada.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-57839841246466628922015-07-13T07:22:00.001-07:002015-07-13T07:31:22.563-07:00<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Sevilla, 10 de julio de 2015<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">“De los pobres sabemos todo... Solo nos falta
saber por qué los pobres son pobres... <o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre
nos da de comer?...”<o:p></o:p></span></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Eduardo Galeano, <i>Los hijos de los días.</i><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">La
raza. La etnia. El color de la piel. ¿Qué nos hace realmente diferentes? ¿Verdaderamente
estos rasgos nos diferencian, o existen otras características físicas, sociales
o culturales que nos separan aún más? Y lo más importante, ¿en qué momento
decidimos que estas diferencias pueden marcar el derecho de un individuo a
tener una vida digna?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Al
principio, todo era de todos. La tierra no se dividía, sino que se compartía y
se multiplicaban los beneficios que de ella se obtenían. Pero llegó un momento
en el que, al parecer, éramos muchos y, por tanto, era difícil de controlar el
hecho de que todos tuviéramos acceso a los mismos bienes, a las mismas
oportunidades. Antes, era obligación de todos hacer llegar a todo el clan lo
necesario. Pero con el tiempo, tener lo necesario para garantizar la
supervivencia de la especie dejó de ser lo primero, ya que la especie llegó a
ser demasiado numerosa y diversa en cuanto a intereses. Ahora lo primero era no
perderse en ella, entre la multitud. Y para no ser uno más, la solución fue
acumular. Tener más que el otro. Eso marcaría para siempre la diferencia. El
“tener” se convierte en un criterio de exclusión que, incluso hoy, puede salvar
una vida o quitarla. Así se creó la más cruel de las armas del hombre contra el
hombre (que no de la naturaleza para con el hombre), un arma letal que
proporciona una muerte lenta y silenciosa en vida: la pobreza. El antihéroe del
poder.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">En
las primeras civilizaciones no existía el poder tal como lo conocemos. Tan sólo
existía el ser: la persona, el animal, la tierra. Y los seres humanos convivían
con el resto de seres de la naturaleza, quizás no siempre en armonía, pero sí
en igualdad, porque ninguno había llegado primero y ninguno era el dueño de
nada. Todo era de todos. Tan sólo los dones de cada uno les otorgaba poder o
cierto grado de capacidad a la hora de desempeñar una tarea. Pero ésta siempre
se ponía al servicio de la comunidad. ¿Cuándo dejamos de ser iguales?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">1492.
El reino de Castilla siente que roza con los dedos la inmortalidad. Ellos, aún
vivos, ya forman parte de la historia de la humanidad. Confirmamos que,
efectivamente, el mundo es una esfera. Aunque tan sólo podamos percibir la
grandeza misteriosa del universo cuando el sol se esconde tras el horizonte, en
ese momento de nuestra historia nos descubrimos co-habitantes en esta misma
tierra con infinidad de hombres y mujeres, diferentes en muchas cosas,
desconocidos, pero ante todo hombres y mujeres, con nuestras mismas necesidades
y la misma capacidad de sentir.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Y
he aquí, en ese mismo instante, cuando sale a la luz nuestra mayor limitación
como seres humanos: la ignorancia, la cual se vuelve necedad cuando existe una
falta de consciencia de que se es ignorante. Desconocemos esas tierras, esos
pueblos y esa historia. Pero eso resulta secundario, ya que en un momento así
lo que importa es que es nuestro bando el único preparado para un
enfrentamiento. El único que puede y que tiene intención de decidir si convivir
o doblegar. Y es ésta la brecha que nos ha acompañado durante siglos. También
en tiempos antiguos existieron civilizaciones que apostaban por esta brecha
humana en la que unos nacían para ser utilizados y otros para utilizar a sus
semejantes. Pero no por ello deja de ser grave que, en tiempos donde un pueblo
que avanza quiere descubrir otros mundos y otras culturas para enriquecer el
conocimiento colectivo, cayera de nuevo en la torpeza refleja de dominar, de
colonizar. El deseo de esclavizar, que esclaviza al que lo satisface y al que
lo padece. El deseo que hace que las dos partes jamás vuelvan a ser las mismas.
Porque es antinatural que el hombre esclavice al hombre, ya que todos somos
naturaleza, pieza insustituible en una tierra que ya presenta un equilibrio
perfecto, el cual no es necesario ni oportuno alterar. Y aun así, portugueses,
españoles, holandeses, ingleses y franceses se interesaron por alterarlo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Muchos
han sido los hombres y mujeres, blancos y negros, que han alzado su voz en la
historia desértica de la lucha contra la desigualdad racial. Racial. Una
palabra que, en realidad, alude a la raza de los animales, ya que hoy día se
considera más oportuno hablar de etnia y cultura cuando nos referimos a
poblaciones de origen, habla y costumbres diferentes. Es curioso que “la
cuestión de la raza” nos recuerde a la expresión que definió otro de los
momentos históricos más oscuros de nuestra trayectoria humana, cuando se llevó
a cabo la “solución final” respecto a “la cuestión judía”. Y es curioso también
que, al igual que entonces, la comunicación jugara con la sociedad hasta el
punto de hacerle negar lo que estaba ocurriendo. En nuestros días, porque
vivimos de la mano de una dictadura de la comunicación, podríamos pensar que el
fenómeno de la esclavitud y sus posteriores consecuencias de cara a la
comunidad afrodescendiente no es comparable a los hechos atroces y ya
condenados que tuvieron lugar durante el Holocausto. Pues bien, según los
datos, aproximadamente 6 millones de judíos y 11 millones de personas entre
judíos y no judíos fueron asesinados por el régimen nazi en los pocos años que
duró la ocupación (1938-1945). Y fueron 14 millones de africanos los que fueron
deportados de sus países de origen para ser llevados a la fuerza como esclavos
al Nuevo Mundo, y casi 200 millones de personas las que murieron a causa de la
esclavitud a lo largo de los casi cuatro siglos en los que se prolongó esta
práctica (1518-1873). Desafortunadamente, estos hechos son comparables en
cuanto a la brutalidad y a la deshumanización que traen consigo y los estigmas
que provocan en una sociedad. No debemos olvidar que cuando un grupo se erige
superior a otro, ejerce un poder alienante y dictatorial, de manera que el
grupo que sufre la vulneración de sus derechos de forma brusca y sin
explicación aparente, se siente desprovisto de su hogar, su familia y su modo
de vida en un plazo en el que le es imposible reaccionar ni asumir lo que está
ocurriendo. Esto tiene como consecuencia un complejo de inferioridad en el
grupo sometido que, con el tiempo, marcará comportamientos conformistas en su
descendencia ante una sociedad que, a su vez y como acto reflejo, continuará
frenando el desarrollo pleno de sus capacidades.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Imaginemos
dos niños que nacen en un mismo país y al mismo tiempo, uno con la piel clara y
otro con la piel oscura. Imaginemos que nacen en Brasil. La primera barrera que
podemos encontrarnos se produce a la hora de registrar esos nacimientos. En el
caso del bebé blanco, no se pone en duda que será censado, pero en el caso del
bebé de color existe la posibilidad, dependiendo del contexto en el que nazca,
de que no sea registrado, ya que en Brasil un 20% de la población <i>no blanca</i> no se encuentra censada. En
segundo lugar, existe la garantía de que sea cual sea el origen del niño
blanco, éste tendrá posibilidad de recibir una educación básica y superior, situación
que difícilmente podrá garantizarse en el caso del joven negro, ya que, según
los datos, el 87% de los adolescentes brasileños que no tienen acceso a la
educación son negros. Este contexto se agrava si tenemos en cuenta los grupos
poblacionales con los que estos dos niños acabarán identificándose socialmente,
ya que ambos individuos, a medida que crezcan y se hagan adultos, vivirán en un
ambiente en el que el 50% de la juventud negra se encuentra desempleada, el 80%
de los presidiarios brasileños son morenos y, tanto los niños como los ancianos
“de la calle” son no blancos a causa de leyes que tuvieron vigencia hace poco
más de un siglo como fueron la “Ley del vientre libre”(1871) y la “Ley del
sexagenario” (1885). No es de extrañar que aún hoy día existan brasileños con
cierto nivel de vida y cierto grado de ignorancia que piensen que esas leyes
constituyeron el comienzo de la liberación de los esclavos. Así mismo, se ha
divulgado que surgieron de las entrañas conmovidas de un gobierno piadoso y
generoso, siendo desaprovechadas por sus propios beneficiarios, y cuyos
descendientes se encuentran actualmente en una situación de precariedad y de
exclusión social, al parecer, “buscada”. Crecer y desarrollarse en una sociedad
con estos estereotipos, donde el blanco es el que triunfa por regla general y el
que suele alcanzar un estado de bienestar social porque, se supone, sabe
aprovechar mejor los recursos, marca sin duda una conciencia social en cada uno
de los dos jóvenes de los que hablamos que marcará las aspiraciones de cada uno
de ellos a la hora de elaborar su proyecto vital. Una consecuencia directa de
estos mensajes que son inyectados por una sociedad “emblanquecida” a propósito
desde hace más de 100 años es la carga identitaria que pesa todavía sobre los
jóvenes no blancos. Independientemente del poder adquisitivo con el que estén
familiarizados cada uno de estos jóvenes cuando pasen a adultos, habrán
aprehendido que el desarrollo y el progreso de una sociedad capitalista y que
el concepto de “modernización” son factores que se encuentran íntimamente relacionados
con unos estándares occidentales (donde tienen lugar corrientes
estadounidenses, europeas e, incluso, asiáticas) y completamente alejados de componentes
étnicos, tribales y/o ancestrales. Este influjo de la ideología del
emblanquecimiento tiene como resultado que en la actualidad aún queden atisbos
de una población negra que siente cierto complejo de inferioridad. Este
sentimiento se refleja en hechos como que el 70% de los no blancos de Brasil
viven este fenotipo genético como es el color de su piel como un conflicto
interno, ya que se ven instados a asumir valores y modelos blancos. Esto
también se manifiesta incluso en la política, donde poblaciones de mayoría
negra votan por norma general a gobernantes blancos; o en las órdenes religiosas,
donde reglamentos internos dificultan el ingreso de personas de color; o en las
fuerzas armadas, donde los negros tienen serias dificultades para ascender a
rangos superiores.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Definitivamente,
si se pretende construir una sociedad libre de prejuicios raciales, hay que
comenzar por identificar y asumir la situación actual en la que se encuentra
dicha población. En el caso de Brasil, son muchos los esfuerzos que se han
hecho para crear una conciencia en el país, tanto en blancos como en no
blancos, de que no se sufre ya discriminación racial. Y éste es uno de los
mayores problemas ante el que nos encontramos a la hora de combatir cualquier
tipo de desigualdad: la negación de la misma. Algo parecido ocurre hoy en
algunos sectores de nuestra sociedad respecto a la desigualdad de género, ya
que uno de los mayores enemigos que tiene la concientización de una sociedad es
la normalización de una realidad injusta. Al igual que muchas mujeres piensan
hoy día que ya hemos avanzado “suficiente” en la lucha por nuestros derechos,
son muchas las personas de origen africano que piensan que ya están salvadas
todas las barreras socio-culturales que impiden que la etnia no sea un
condicionante para que todos tengamos igualdad de oportunidades en el ámbito de
nuestros derechos y deberes civiles.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Una
vez que se reconozcan los nichos donde desde tiempo atrás se hayan aplicado
normas o leyes que separen a las personas por su etnia, sería conveniente, no
sólo eliminar ese tipo de criterios de exclusión, sino valorar las consecuencias
que puede tener sobre esa población la modificación o eliminación de esa ley, y
dotar a sus destinatarios de los recursos necesarios para que la equidad de
condiciones no despierte represalias o sentimientos de competitividad en
ninguna de las partes implicadas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Por
otro lado, es necesario revalorizar y reeducar a toda la sociedad acerca del
modelo de sociedad y de la cultura afrodescendiente. Y para ello, es
fundamental elaborar programas de acción donde los principales beneficiarios
sean las propias familias que tienen alguna ascendencia africana. Como hemos
comentado anteriormente, los jóvenes reciben en la actualidad una influencia
muy poderosa por parte de los medios de comunicación y del turismo mal
dirigido. No es extraño ver cómo, incluso en los resquicios de quilombos que
todavía se mantienen vivos en Brasil, los mayores muestran su preocupación por
cómo las últimas generaciones sienten más admiración por la vida de los blancos
que por la de sus antepasados, cuando realmente no han tenido la oportunidad de
conocer la riqueza y posibilidades que su propia cultura aporta a la sociedad.
En un sistema como en el que vivimos, en el que los ritmos y las obligaciones
auto-impuestas controlan nuestra existencia, la filosofía de vida que nació en
los quilombos o palenques puede ayudarnos a transformar una sociedad que ha
olvidado parte de su esencia. Qué mejor referencia de nuestros orígenes podemos
tener que la del mundo africano, el cual, hoy día sigue luchando por perpetuar
sus lenguas, creencias y formas de vivir. Promocionar la recuperación y
conservación de los quilombos que fueron creados en diferentes rincones del
Caribe, la selva peruana y Brasil puede significar, no sólo un acto de
reconocimiento histórico para con la deuda que nos ha dejado la esclavitud a
toda la humanidad, sino un referente más en el que poder reunir a estos pueblos
y explorar cómo han evolucionado aspectos que hoy día nos inquietan a todos,
como es el trabajar la tierra con respeto, el desarrollo sostenible o el
cultivo ecológico. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Por
otro lado, vivimos en un mundo globalizado, donde todos/as las personas merecen
tener acceso a la tecnología. El problema es que, a veces, este acceso y uso es
deliberado y provoca choques culturales dentro de algunos clanes o familias, donde
sobre todo se alude al plano espiritual. En este sentido, estamos ante uno de
los factores que más pueden favorecer la complementariedad entre las diferentes
etnias, ya que por un lado, el grupo más próximo a la tecnología puede
ofrecerla al que menos contacto ha tenido (sea por cuestiones geográficas,
medios, costumbres, etc.), y a su vez, nutrirse de la autenticidad espiritual
que gran parte del pueblo afrodescendiente todavía conserva y transmite
generación tras generación. Algo similar ocurre con la música y la danza que se
encuentran arraigadas en la intimidad de estas familias, y que no salen a la
luz más por el recelo a que sean manipuladas que por que no tengan interés como
patrimonio artístico y un valor incalculable. Esas danzas y sus ritmos en la
mayoría de los casos nos permiten hoy día conectar con aquello que aún no ha
sido tocado dentro de nosotros por la civilización. Como hemos indicado
previamente, existe un componente espiritual que se manifiesta con total
frescura y vitalidad exclusivamente en los sonidos del pueblo negro, que al fin
y al cabo, son los sonidos de la naturaleza de ayer, de hoy y de siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Otra
de las enseñanzas que puede aportarnos la convivencia con la comunidad
afrodescendiente y la promoción de sus valores es la del concepto de familia,
clan o vecindad. Hay comunidades fuera del continente africano, como los
garífunas o <i>caribes negros</i>, los
cuales no son descendientes de esclavos, sino descendientes de un grupo que
naufragó en el mar Caribe y se mezcló con los indígenas de la zona, que todavía
respetan celosamente su forma de concebir la familia, de manera que sus hijos
son criados, además de por sus padres, por sus tíos y abuelos. El cuidado y la
responsabilidad de toda la parentela hasta de cuarto y quinto grado es una ley
implícita dentro de estas comunidades, y está demostrado que esta práctica
donde los niños son educados por todos los miembros del vecindario crea en los
niños respeto por todos los miembros de la comunidad, sentido de pertenencia y,
además, les inculca un modelo de sociedad comunal que puede combatir la
consolidación de esta sociedad alienante a la que nos está llevando el modelo
occidental.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<a href="https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=2446494045430695927" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"></a><span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Por
último, existe una medida que deberían tomar los gobiernos de todos los países,
y no de forma exclusiva para afrontar el problema de la discriminación racial,
sino de cara a proteger a todos los colectivos que por causas étnicas y
culturales sufren injusticias en lo que respecta a su desarrollo intelectual y
profesional. Existe una realidad especialmente violenta en los núcleos urbanos
que cuentan con la presencia de afrodescendientes, indígenas y personas en
situación de refugio y/o desplazamiento, y es la creación de asentamientos en
la periferia de las ciudades. Son numerosos los países de todo el mundo que tiene
presencia afrodescendiente en sus principales núcleos urbanos, ya sean del
Caribe (73,2%), de América del Sur (22,6%), de EEUU (8,4%) o de Europa (1,2%).
Si se pretende restaurar la igualdad de oportunidades entre la población blanca
y no blanca, se debe garantizar que estas comunidades tengan acceso a una
educación básica de calidad, además de establecer la red de infraestructuras
necesaria para dar posibilidad a quien quiera adquirir estudios superiores y
formación profesional. La principal fuente de inspiración para que el pueblo
negro y sus descendientes puedan luchar por la justicia social y pueda proteger
sus raíces y contar su versión de la historia deben ser sus propios hijos. Y la
sociedad tiene el deber de comprometerse a aportar las herramientas necesarias
para que esto sea posible sin jugar un papel paternalista ni ejercer
discriminación positiva. Estos grupos poblacionales tienen plena capacidad de
tomar decisiones y disfrutarán de completa autonomía en el momento que les sean
reconocidos sus derechos y deberes como los de cualquier ciudadano.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">A
modo de conclusión, podríamos recordar que, de alguna forma, todas las
injusticias que hoy día siguen sufriendo los pueblos por razones de origen y
etnia, también son alimentadas o permitidas por un sistema del que todos/as
participamos activamente. De esta manera, los errores cometidos y el sacrificio
de nuestra ascendencia, haya sido de un color u otro y de un bando u otro,
también han sido nuestros propios errores. Esto debería fortalecer en nosotros
el deseo de restablecer un equilibrio que ha sido alterado, y la confianza
plena de que cualquier tipo de esclavitud, opresión o dominio entre iguales
acaba siendo un estigma generacional para las dos partes, la oprimida y la
dominante. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">El
pueblo africano es agricultor. Podemos hacer una comparativa con el maíz. Según
el Popol Vuh, el libro sagrado de los indígenas de Mesoamérica, el hombre finalmente
fue creado a partir de las cuatro variedades principales de maíz: blanco,
amarillo, rojo y negro. Cada variedad presenta compuestos diferentes que
aportan beneficios específicos mediante su ingesta. ¿Qué pasaría si se
promoviera más el cultivo de alguna de estas variedades? ¿Y si alguna de ellas
desapareciera? ¿Tendría sólo consecuencias económicas, o también culturales?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Al
fin y al cabo, todos venimos del maíz. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";">Todos
venimos de la tierra.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 11.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US;"><!--[if gte vml 1]><v:shapetype id="_x0000_t75"
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<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif";"><!--[if gte vml 1]><v:shapetype
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<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
<div align="right" class="MsoNormal" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: right;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 10.0pt; line-height: 115%;">Ensayo “Todos venimos de la tierra.”, publicado
en <a href="http://www.unesp.br/portal#!/debate-academico/todos-nos-viemos-da-terra/">http://www.unesp.br/portal#!/debate-academico/todos-nos-viemos-da-terra/</a>
con motivo del <i>Decenio Internacional de
los Afrodescendientes</i> proclamado por la OMS (2015-2024)<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-17911507989305182962014-12-12T05:05:00.000-08:002014-12-12T06:29:41.951-08:00Un día cualquiera<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Hay días que uno debe rescatar y
compartir. Y ayer fue uno de ellos.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
- Ayer fui por primera vez a la
oficina del paro. Sólo quería informarme. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Sin entrar en detalles, 4 años y
pico de trabajo ININTERRUMPIDO me daba derecho a 8 meses recibiendo 700-500 euros
brutos según temporalidad. Primera patada en el estómago, no para mí (que soy
una “niña mimada” que tengo para vivir bien un tiempo curioso gracias a mi
familia, ahorros, etc.), sino para cualquier mujer de mi edad que haya tenido
unos medios limitados, normales. La segunda patada, la que me dejó fuera de
juego, vino con la pregunta: ¿Tienes hijos?...Las milésimas de segundo que
pasaron mientras pronunciaba el NO encerraron la siguiente reflexión: “Si
tuviera hijos, después de lo que me has dicho que voy a recibir para subsistir,
¿crees que no estaría ahora estrangulándote?” Me imaginaba como madre, saltando
esa mesita tan limpia y ordenada, y rompiéndole el ordenador en la cabeza, y no
sé cuántos actos delictivos más que se me ocurrieron en ese momento. “Gracias a
Dios que no tengo hijos, qué suerte la tuya, guapa.”</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Para colmo, después de la paliza,
puso la guinda diciéndome (con una tensa sonrisa) que, por ser menor de 30
años, tenía ciertas ventajas a la hora de cobrar la prestación si me daba de
alta como autónoma (en cuestión de 15 días y presentando una memoria creíble al
cabo del mes, porque si no, me la quitaban)...es decir, que si tengo ilusión
por montar un negocio, me ayudan a vender mi alma al diablo para arruinar mi
vida por completo. Encima te invitan a vivir al límite, <i>in
the borderline. </i>Gracias<i>.<o:p></o:p></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
- Cuando llegué a casa le dije a
mi madre que comprendía, por enésima vez en mi vida, a quien bebe, se droga,
enloquece, huye...de hecho, en mi opinión, es la única reacción lógica en medio
de tanta confusión. No la comparto, no animo a ello, pero la puedo llegar a
comprender mucho mejor que la falta de sangre.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
- Luego fui de Triana al centro,
y me pidieron dinero 15 veces en mitad de mareas de gente que dice estar
pasándolo mal, pero con bolsas en las manos. Cuando me alejaba, algunos me
gritaban. Nunca me habían gritado desde lejos para pedirme dinero...mi desazón menguó
cuando me percaté de algo nuevo. La mayoría de la gente que pide, estaba hablando con otra
gente. Al menos ya nos paramos, hablamos con el otro. Eso es cercanía, y nos
hace humanos de nuevo. Algo es algo. Todavía no sabemos educar a nuestros hijos
para que no se sientan mal si no hay una oleada de regalos de Navidad. Pero al
menos ya dejamos que nos vean hablando con gente que huele a alcohol y a suelo,
no porque no quiera ducharse, sino porque en la calle no hay duchas públicas
todavía.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
- Por la tarde me hablaron de la
Amazonia, de que aún existe, a pesar de que está siendo invadida desde hace
años por empresas a las que pagamos, esas que llegan, matan personas y
ecosistemas, y ponen el huevo en pleno pulmón de la humanidad. Me enteré de que
aún quedan pueblos que rechazan la civilización y que hay gente luchando para
que permanezcan a salvo en el anonimato. Escuché muchas cosas, y recordé por qué
me fascina tanto el ser humano, pese a todo. Por eso me pongo tan rabiosa a
veces, porque AÚN no lo aborrezco.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Los que me conocen, saben bien
que hace tiempo dejé a un lado los medios de “desinformación”, ya que me da
miedo enterarme de las cosas bajo el yugo de la dictadura de la comunicación en
la que creo que vivimos. Por ello, intento enterarme de cómo va el mundo preguntando
a la gente, básicamente...y así es como vuelvo a toparme con la raíz del
problema: vivimos aletargados, y cuando el mundo se haya ido al garete
despertaremos preguntándonos ¿qué ha pasado?</div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-6746774852231580692014-11-10T00:10:00.000-08:002014-11-10T00:15:57.420-08:00Mentiroso<div align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;">
<div align="center" class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Eres
un mentiroso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Me
hace gracia la gente que encomendamos nuestra vida a alguien o algo. En mi caso, a un dios mentiroso, un dios contador
de historias que se paseaba, dicen, por las calles en sandalias, que apenas
tenía bienes, que hablaba de bondad y que describía un reino distinto, donde tu
riqueza depende de la grandeza de tu corazón, y no de tu esfuerzo por ahorrar y
acumular. ¡Ja! ¿Me explicas por qué, entonces, los que viven solo para sí
mismos y vulneran la vida de otros se acaban saliendo con la suya?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Eres
un mentiroso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Y
te lo digo desde aquí abajo, sepultado, bajo tierra, desde mi ataúd y desde mi
inconsciencia. Porque ya no soy, vale, pero he sido. Y ahora que estoy solo,
aquí contigo, me vas a escuchar. Mentiroso. Porque yo nunca he hecho grandes
cosas, ni he querido ser alguien especial, pero sí tenía un plan que incluía el
bienestar de otros. Sí me creí tu cuento, el chino. Y aun así me cuesta asumir
que no era verdad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">He
rezado mucho. Y he amado todavía más. A cada paso que daba pensé que me
acompañabas de verdad, porque no me sentía solo, pero, además, dejaron de
sentirse solos los demás. No me sentía con poder, pero se me daba bien hacer
que los demás pudieran. Y, mírame ahora, estoy atrapado bajo tierra; pero lo
que me asfixia es saber que ellos también. Porque yo fui quien les contó eso de
que morir en ti, feliz, no es morir, y todas esas pamplinas. Y ahora, ¿qué les
cuento?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Eres
un mentiroso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Yo
nunca quise engañar a nadie, solo soñaba con formar parte de algo verdadero y,
sobre todo, humano. Solo quería traer esperanza a un pueblo que la necesitara,
porque era en ellos donde yo la encontraba. Quería que probaran a qué sabe una
vida que te pertenece, o el calor que da un sol que amanece con la promesa de
un mañana, o qué se siente cuando uno construye, incluso a partir de la nada. ¿Y
así se acaba? Una guerrilla, un grupo de hombres con armas y un susto… ¿de eso
se trataba?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Me
hubiera conformado con que me hubieras dado una señal antes, antes de conocer a
esta gente a la que ya no le quedaba nada. Porque, más cruel que no tener
esperanza, es tener una falsa esperanza. Yo les enseñé, ellos me enseñaron, ya
no lo sé… pero juntos experimentamos que un mendrugo de pan solo no era
suficiente, pero que un mendrugo de pan más un pequeño detalle cotidiano, sí
que daba para vivir. ¿Y para qué? ¿Para qué superar el hambre, la sed y la
indigencia si luego tu propio hermano puede ser tu verdugo? Los ancianos del
grupo me decían siempre: “Tu dios dice que quien vive en Él, no morirá para
siempre. Bien, nosotros entonces le sonreiremos a la muerte.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Eres
un mentiroso.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i><span style="font-family: "Cambria","serif";">Mientras tanto, arriba, en
la superficie, el mundo permanecía impasible. Tan solo en la televisión local,
en las ciudades más cercanas al poblado, aparecía esos días una noticia un
tanto insólita. Ese día había tenido lugar el entierro de un poblado entero,
entre cuyos miembros se encontraba un sacerdote que, desde hacía años, convivía
con la comunidad de nativos. Todos fueron asesinados un día azaroso, por gente
elegida de forma azarosa, como tantas veces ocurre. Por eso no valía la pena destacar
fecha, lugar ni nombres. La noticia destacaba solo una cosa: todos los cuerpos
encontrados compartían una expresión similar en la cara. Una sonrisa.<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-44504680808050275682014-11-10T00:06:00.002-08:002014-11-10T00:07:53.512-08:00Mi vecina Carmela<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Cambria, serif;">Nunca
me ha gustado que me interrumpan cuando estoy en mitad de la calle con la
bicicleta panza arriba intentando colocarle bien la cadena. Supongo que para
quien no monta mucho en bici quizás resulte un poco espectacular ver una bici
boca arriba, pero la verdad es que en ese momento lo último que necesita uno es
que vengan varias personas a aplicarle su mejor remedio o a darle consejos del
tipo “es que deberías echarle aceite de vez en cuando”, “es que las bicis hay
que cuidarlas”, “quizás sea el cambio de marchas” o “¿dónde te la compraste?”.
El otro día me dejó tirada nada más salir del portal y me preparé para lo peor,
ya que no podía haber mejor escenario para el desfile de opiniones que estaba a
punto de suceder. En cambio, algo me aguardaba esa mañana:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-Hola
- escuché a mi espalda una voz ronca, pero no estridente, al revés, más se
parecía a un susurro.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Hola, ¿qué tal?-dije con el piloto automático mientras me afanaba en mi labor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Silencio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Tardé
unos minutos en darme cuenta de que la voz no había continuado como esperaba.
Me giré. El silencio me había hecho pensar que no encontraría a nadie, pero me
equivoqué. Pegué un respingo, porque allí estaba. La mujer más vieja que he
visto en mi vida es vecina mía, se llama Carmela y, allí estaba, encorvada,
diminuta, enjuta pero maqueada, muy bien peinada. Me observaba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-Mmm…
¿Necesita usted algo, Carmela?- pregunté intentando no mostrar mi contrariedad
injustificada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Con
un gracioso movimiento de hombros, cogió impulso, aire fresco por su nariz
agrietada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
No, hija, no, sólo te estaba viendo. ¿Te molesta?- odio a la gente sincera,
porque la mayoría de las veces no les puedes rebatir nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Nooo, por Dios, Carmela…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
¿Te gusta ir en bici?- hablaba con calma, se tomaba sus tiempos, como si estuviéramos
tomando el té, cada una en su butaca. Tenía sus manitas cruzadas sobre su discreto
abdomen.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Sí, es lo más cómodo. No hay tráfico ni semáforos, no necesitas buscar
aparcamiento… No está mal.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Oye, niña, qué bueno. Y además, sabes arreglarla, ¿no?- mi capacidad de charlar,
a la vez que contenía mi frustración porque la cadena no rodaba, disminuía.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Bueno… lo intento. Se hace lo que se puede- y se la devolví para terminar con
el diálogo de besugos -.Oiga Carmela, ayer tuvo visitas, ¿no?- como buena
vecina, escuché que subía a su piso con dos o tres personas más, rondando su
edad. No me interesaba lo más mínimo, pero mi madre me enseñó desde pequeña a
evadir preguntas haciendo otras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Silencio.
Con Carmela es como si pagaras por cada aliento. Para ella respirar es como si
el aire debiera ser meticulosamente aprovechado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Bueno… sí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Después
se queja mi madre de mis monosílabos. Carmela no se quedaba atrás. Parecía que
escuchaba mis pensamientos. O quizás era ella la que pensaba y pensaba, con el
mismo cuidado con que respiraba.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Son mis amigos de la cabaña.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Ante
semejante respuesta ya empecé a pensar que bendita la hora en la que toqueteé
la cadena y los frenos el día anterior, y que más valía haberla dejado como
estaba. Puñetera bici que me hacía escuchar ya, no sólo las lamentaciones de
gente aburrida o los sueños de mecánicos frustrados, sino los delirios de
viejas chochas que viven en cabañas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Somos cuatro amigos y también, las veces que se lo permiten, viene mi
nietecito. A veces no nos entendemos muy bien, pero nos queremos mucho. Dicen
que todos, aunque seamos diferentes, tenemos algo que aportar, ¿no? <i>Pos</i> eso será.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Al
fin, la cadena rodó.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-Bueno,
Carmela, que me alegro mucho de verla. ¡Hala! ¡A seguir bien!- volé.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Al
cabo de dos días me acordé en la cena de este episodio de la cabaña de Carmela
y se lo comenté a mis padres.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
¡Pues no que la Carmela, de arriba, la trola que me ha metido! Dice que los que
vienen a verla son sus amigos de “la cabaña”.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Silencio.
Qué manía…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Oye, ¿qué pasa?- intuí que había pocas ganas de explicarme, pero insistí, para
que mis padres creyeran que sí me interesaba la vida de Carmela. Nunca hay que
rendirse y, ante los padres, menos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
¿Has visto a los señores que suben a veces con ella? -mi madre se puso seria,
me había metido en el fango hasta el fondo, un fango del que ya no podía
salir.- Pobre Carmela, no sabe uno si reír o llorar cuando pasan por la acera.
Cada uno tiene una cosa y siempre van un ciego, un sordomudo, un señor en silla
de ruedas con las piernas amputadas o yo qué sé qué, y su nieto, que puede
rondar tu edad y sufre una especie de autismo. Nunca me entero bien porque me
da apuro preguntarle. Por lo que se ve, se conocieron en un centro de ocio que
había hace unos años, llamado La cabaña, donde las personas que estaban en el
centro psiquiátrico de abajo de la calle, bien porque estuvieran por voluntad
propia o porque estaban terminando su estancia, podían reunirse para tomar algo
o para jugar a algún juego de mesa con gente del barrio. Es para verlos
paseando. Apenas hablan, porque no se entienden, pero en cambio a mí me da la
sensación de que se entienden… No sé, es muy raro, ¿verdad, Manolo? Juntos se
les ve estupendamente.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">Mi
padre, parco en palabras donde los haya:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">-
Chari, se entienden mejor que tú y que yo. Hazme el favor de comer que el
filete se te va a <i>encartoná</i>- mi
padre, un hombre gráfico también donde los haya.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";"> Ya no puedo ir a La cabaña, pero desde que
conocí a Carmela y sus amigos, me da por pensar que todos tenemos nuestro lugar
en el mundo. La cabaña sólo había permitido dejar los prejuicios en la puerta y
se consolidó como hogar de las diferencias, un lugar donde quedaban protegidas
del rechazo, para ser útiles para otros.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif";">No
sé la “diferencia” que caracteriza a Carmela. Ella camina despacio y, cuando ve
que la adelanto con la bici, dice que piensa: “Vuela pajarillo, vuela alto, que
yo me quedo aquí abajo velando los pastos”.<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-11070288058600041162014-11-10T00:03:00.000-08:002014-11-10T00:03:50.154-08:00Olor a tiza<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Cada mañana me
levanto sobre las 5,30. Tengo mucho sueño. En realidad daría lo que fuera por
quedarme unos minutos más en esa postura sobre la alfombrilla que tanto me ha
costado encontrar durante la noche. Pero entonces escucho la voz de mamá desde
el otro lado del muro de adobe y barro que me dice: “Ya sabes lo que le pasa a
quien no despierta al sol, cuando seas anciano y torpe, te dejará ciego para
que no puedas ver amanecer. El sol es el más rencoroso de los astros, y si eres
perezoso y no te despiertas antes de que salga, te dejará ciego.” Así que, de
un salto, me planto fuera de casa, trepo al árbol a cuyos pies está el abuelo,
y espero mientras el sol se despereza a que salga. A mí aún me parece un poco
raro, pero según decía el abuelo, al sol no hay que llamarlo, sino que se
despierta con el ruido que hacen los pies de los niños sobre la tierra. Por eso
es importante madrugar, al menos en mi pueblo todo el mundo lo cree así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Después de comer
algo de plátano frito o maíz tostado, y recoger mis cosas, pongo rumbo a la
escuela. Ahora está más cerca que hace algunos años, y tan sólo tengo que
caminar dos horas para llegar. Además, el camino no está nada mal, la tierra se
mantiene bien agarrada a la montaña, así que incluso los días de lluvia puedo
ir un rato al colegio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Me gusta la escuela.
Es cierto que muchas cosas que allí nos enseñan me parecen difíciles, y me
canso, así que los mejores momentos los paso jugando al fútbol con mis compañeros.
En cambio, es raro, porque entrar en clase me produce una sensación que no sé
describir, pero que es buena. Es sólo un instante, pero me hace estar de buen
humor, y más cuando sé que cada día se va a repetir. A veces mis amigos me
empujan y se meten conmigo, porque cuando entramos, lo hacemos corriendo (la
señorita siempre dice que un día vamos a romper la puerta) pero yo, en un punto
justo antes de cruzar la entrada, intento quedarme parado, totalmente quieto.
Es difícil porque, además del caos que se forma, en la entrada a las aulas el
sol da de forma directa, y si te quedas mucho tiempo quieto, te quemas los
pies. De hecho, cuando la profe sale un rato, jugamos a ver quién aguanta más tiempo
quieto. Yo no soy muy bueno, pero me defiendo. Y más, si se trata de prolongar,
como decía, ese instante de entrar en la clase, ver a mis compañeros, las mesas
y sillas y lo mejor: la pizarra. A los mayores no les impresiona la pizarra,
pero yo lo veo como una superficie gigantesca, y además, siempre sucia porque
está llena de misterios sin resolver. Recuerdo perfectamente la primera vez que
usé una tiza para pintar en ella…fue horrible. Arañé sin querer esa superficie
verdosa oscura y esto me produjo una sensación muy desagradable, además de
descubrir que no había magia en esos dibujos blancos que se formaban en ella,
sino que se trataba de un trozo blanco de algo llamado tiza que se desmoronaba
con facilidad. Pero desde entonces algo surgió en mí, algo nuevo que me
acompaña hasta ahora, y es la costumbre de que, cuando la profe me obliga a
escribir algo en la pizarra, yo lo hago, pero mi mente se pierde en otra
dimensión en la que imagino que la pizarra está tan oscura y empolvada como mi
vida, que acaba de comenzar, y la tengo que llenar con cosas, vivencias, lo que
yo quiera. Es genial.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Para nuestros
mayores, la vida en el pueblo creo que no es fácil, aunque sigo sin entender
muy bien por qué, y mi tía siempre dice que lo que hacemos y decimos en nuestra
vida vale tan poco como las operaciones matemáticas que resuelvo en la pizarra
del colegio, no porque no sean útiles, sino porque cualquier día llega alguien
que de un manotazo puede borrarlas. Ella dice que “lo importante es lo que
aprende nuestra cabeza y nuestro corazón, porque es lo único que no muere ni
envejece, porque siempre pasa de unos a otros.”<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Soy Mohamed, tengo
10 años, y hoy no he podido ir a la escuela porque me han cogido. Mamá me dijo
que estoy podía pasar. Siempre hay grupos de jóvenes armados que buscan gente
para enseñarles la guerra. A mí no me interesa la guerra, tampoco la entiendo
bien, pero ahora sólo me preocupa sobrevivir, porque a veces hacen daño a la
gente. Papá me dijo hace tres años que si esto pasaba algún día y él no podía
ayudarme, hiciera exactamente lo que ellos dijeran, y saldría con vida. Así que
no tengo miedo. Lo malo es que estoy encerrado desde hace horas, el sol pensará
que me he dormido y cuando sea abuelo y tenga muchos nietos, me dejará ciego.
Me han dado un arma, dicen que mañana me enseñarán a usarla. Al tocarla por
primera vez siento nostalgia de cuando toqué una tiza por primera vez. No me
desagrada el tacto, pero recuerdo que el abuelo siempre decía que las cosas que
no salen de la tierra nunca ofrecen garantía ni cuantía, o algo así.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">A propósito, ahora
creo que entiendo un poco lo que quería decir el abuelo cuando el cole estaba
más lejos. Yo no quería ir, y él me repetía:<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">“Mohamed, estás
cansado porque estás vivo, siente la dicha. Ir al cole es vivir, no
sobrevivir.”<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Adobe Garamond Pro","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Espero no olvidarme
de esto.<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-8320979693555426402014-11-09T23:55:00.003-08:002014-11-10T00:01:39.597-08:00Pepa<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
¿Sigues teniendo pesadillas?- hizo la pregunta de rigor, no porque eso le
preocupara lo más mínimo, pero se lo perdoné.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
Pues no te lo vas a creer, pero desde que llegué a este lugar no me ha
despertado ningún mal sueño. No creo que los sobresaltos de madrugada hayan
acabado…pero creo que estoy durmiendo mejor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
¿Y eso? Entonces, entiendo que estás bien…- no supe si se alegraba o no, pero
también se lo perdoné. Para mí la noche en los últimos años había sido una de
mis mayores torturas, y parecía que ésta se había apiadado de mí.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
Supongo que sí… ¿cómo estás?- no tenía mucho tiempo, me lancé.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
Te comento que por aquí nadie sabe nada, Ramón hace lo que puede, los niños
preguntan, y yo ya tengo bastante con el trabajo, dentro y fuera de casa-
“Ramón”, “los niños”… cuchilladas en mi estómago. Pero quizás la herida más
profunda era la del “trabajo, dentro y fuera de casa”. No me había dicho cómo
estaba, pero no hacía falta. Estaba sola, porque yo la había dejado sola. Sola con
nuestros hijos. Sola con mi mejor amigo, Ramón, su pareja actual, que
previamente fue su amante, y que ahora cuida de mis hijos y, además, intenta
sacarme de la cárcel. Y sola con mi asignatura pendiente, mi padre. Un viudo
con Alzheimer que, en su momento, sintió adoración por ella, porque era lo
mejor de mí. Si…también le perdoné ese dardo envenenado. Qué iba a hacer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
Pepa yo…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
¿Tú qué?- quería disculparme por enésima vez, pero me pudo el miedo a otro
ataque. Quería hablarle, cada día, a cada hora. Acompañarla de alguna manera.
Ahora estaba encerrado, y me sentía seguro. No podía hacer nada malo, no podía
cagarla mucho más. Y sobre todo, no podía hacerles sufrir más. Y eso me
tranquilizaba.- Dime. Dime algo nuevo. Algo que me haga sentir que vale la pena
nuestros esfuerzos por sacarte de ahí. ¿Crees que después de esto puedo confiar
en ti?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
Pepa, lo siento muchísimo…- le había pedido perdón en mi vida tantas veces como
puñetazos había marcado en las paredes, en los coches o en la cara de otros
tíos. Pero nunca lo había sentido tanto. En los momentos en que uno recupera el
sosiego, alcanza el punto álgido de remordimiento. Ése que tantas veces había
anhelado. Arrepentirse no es fácil cuando uno se refugia bajo la sombra del
odio.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">Escuché
un breve silencio, como cuando nos dicen algo que necesitábamos, que nos sana,
y cerramos los ojos para llevarnos toda la sensación del mensaje. Y acto
seguido, me llegó el sonido de un amago de sollozo que se partió en llanto. De
alguna manera, sentí que no era un llanto rabioso ni de amargura. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">-
Te quiero hijo de puta…ándate con ojo por allí, que te crees muy listo y no
eres más que un mojonero- Pepa lloraba como casi siempre, de amor. En mi vida
he conocido una mujer que amara como ella, como el amor que se describe en las
bodas y que nadie cumple. Pepa fue la única persona (y me temo que será) que me
quiso de forma incondicional, y lo seguirá haciendo. Ella se preocupó por
conocerme, se inventó mis virtudes para aceptar mis miserias. Y aún hoy, con
una vida marcada por un ex marido en la cárcel que también espera ser ex
traficante de droga, me demuestra que me ama con locura.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">He
tenido una vida de mierda, pero no he querido contarla. Si en esta entrevista
de seguimiento a un preso condenado para el resto de su vida piensan que voy a
intentar convencerles de mi arrepentimiento y de mis posibilidades de
reinserción, siento hacerles perder el tiempo. He preferido contarles que he
logrado hablar sin gritos después de quince años con lo mejor que me ha pasado
en la vida. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-family: "Adobe Gurmukhi";">Con
mi Pepa.<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-62912095057495310922014-05-08T06:04:00.000-07:002014-05-08T06:04:26.355-07:00A la luna...<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Es curioso el ser humano y sus contradicciones.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Siempre nos ha llamado la atención explorar nuevos lugares, al igual que siempre hemos creído en la posibilidad de viajar a la luna en el futuro, hecho que se confirmó con uno de los supuestos logros de la Humanidad que tuvo lugar hace casi 50 años: pisar la superficie lunar.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
En cambio, hay cosas que me resultan muy curiosas. Por ejemplo, que tengamos ganas de viajar a la luna cuando apenas nos hemos molestado en conocer nuestro propio hogar. Por supuesto, si no lo conocemos, no podemos respetarlo y hacer que perdure y, en este caso, sí tendría sentido buscar otros lugares que conquistar, para cuando se acaben los recursos de uno, ir a por el siguiente. Quizás por esta razón hacemos películas donde los extraterrestres nos visitan con intenciones similares, pero ya en esto no nos vamos a meter.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Mientras se me escapan las letras, admito que se me viene a la cabeza una venenosa idea. Y es que lo de querer viajar a la luna me recuerda a todas esas personas que aún buscan el remedio de la eterna juventud cuando todavía no han descubierto realmente qué quieren hacer con sus <em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">limitadas</em> vidas que las haga dignas de ser eternizadas. O también se podría asemejar a todas esas familias cuyos miembros se aíslan unos de otros, pero en cambio muchos prestan servicio en orfanatos o en residencias de ancianos para cuidar familiares de otros. Es como vestirse sin ropa interior. Estás cubierto, pero por dentro todo se mueve y tambalea. Más valdría por tanto andar desnudo y dejarnos de tapujos.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Es curioso el ser humano y sus contradicciones.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Porque dicen los entendidos que aún no podemos viajar a la luna, pero yo digo que sí. ¿O es que no hay gente que <em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">vive en la luna</em>? ¿Dónde quedan esas personas que consideramos capaces de evadirse tanto de su realidad, que parecen estar <em style="border: 0px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">en otro planeta</em>? Armstrong, lo siento, pero para mí no fuiste el primero. Hubo, hay y habrá mucha gente que estará en la luna siempre que se pueda, siempre que se atrevan o siempre que se lo permita la imaginación, su corazón o qué sé yo. Porque el término “viajar” significa exclusivamente un cambio de ubicación o estado, pero el término como tal no acota ni el medio por el que viajamos ni el tipo de destino que buscamos. Tan sólo incluye la realización de un camino, un recorrido, pero ni siquiera una transformación del individuo que lo realiza y que decide ponerse en camino. Cada uno con su itinerario, con su ritmo.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Por tanto, yo diría que queremos viajar a la luna para escapar, para explorar y descubrir nuevas cosas que sean capaces de sorprendernos y dejar atrás un mundo que tanto en lo bueno como en lo malo, ha dejado de hacerlo. ¿Qué nos ha pasado que no nos es suficiente con ver la luna brillar que tenemos que tocarla, manosearla o pisarla? ¿Es que así vamos a sentir que formamos parte de algo grande e irrepetible? Quizás sea este mismo síndrome el que nos embriaga cuando vemos un niño pequeño jugar, feliz, bajo la tutela de sus padres y, en lugar de sonreír viajando a través de la felicidad del crío, nos perdemos automáticamente en una corriente de nostalgia que nos hace sentir: “Ojalá pudiéramos volver atrás y ser así, como ese niño.” Qué necedad tan insuperable la del ser humano que solemos pensar que cualquier tiempo atrás fue mejor y que el presente no es más que lo que pesa sobre nuestros hombros.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Lo mismo pasa con la luna. Está ahí, a nuestro alcance, siempre. Pero no la vemos. En cambio, la miramos hasta gastarla de tanto soñar con alcanzarla y, mientras tanto, nos perdemos todo aquello que brilla acá abajo.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Sólo un reducido grupo de población ha descubierto de generación en generación que se puede visitar y pasar largas temporadas pero, como todos los seres de esta sociedad que muestran un mínimo de conciencia alternativa a la impuesta, son ignorados. Pero os aseguro que hay grandes expertos en viajar a la luna. Hay personas que cada día se enfrentan a lugares o situaciones hostiles, tanto, que deciden cerrar los ojos, respirar y, cada uno por sus medios, viajan a otro lugar mejor, en calma, de un blanco marfil y rodeado de la inmensidad del firmamento. ¿Por qué no? No parece mala idea ir allí. Al lugar donde habitan tu descanso, tus sueños o tu fortaleza. Aunque sepas que es simplemente un viaje y que requiere el regreso a tu estrés, tu pesadilla o tu propio yo vulnerable. Pero eso será más tarde.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Es curioso el ser humano y sus contradicciones.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Porque como todo viaje, antes de partir, es necesario hacer las maletas y ponerse en marcha, embarcar o despegar. Y aquí es donde la mayoría caemos en el engaño. La mentira del “no puedo”, “aún no estoy preparado” o “quizás mejor otro día”. La mentira que nos hace débiles ante el desarraigo. Y nos ancla a tierra para no caer, cuando quizás llevamos arrastrándonos por el suelo más tiempo del que podamos recordar.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Ya es el futuro, ya se puede viajar a la luna, pero nos sigue paralizando el miedo a despegar.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Así nos va.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
Y así les va a los que, a costa de nosotros que nos quedamos aquí, toman impulso y van.</div>
<div style="background-color: white; border: 0px; color: #333333; font-family: Georgia, serif; font-size: 16px; line-height: 27.428571701049805px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
A la luna.</div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-23764856847771509552014-03-30T14:48:00.001-07:002014-03-30T14:48:57.025-07:00Lucy <div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucy quería ser monja.
Hacía 12 años que nos conocíamos y desde entonces había seguido con esa loca
idea en la cabeza. No era raro que Lucy tuviera ideas descabelladas, era uno de
sus encantos, una de las cosas de su personalidad que hicieron que me aferrara
a ella para toda la vida. Puede que porque también yo estuviera algo loca según
esta sociedad, o puede que porque, por el contrario, yo ya apestara a
desencanto y a normalidad, y ella fuera mi billete de vuelta a esa rara
dimensión de la felicidad esporádica en la que sólo unos pocos sobreviven.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucy había querido ser
monja desde los 14 años. Ella siempre decía que Latinoamérica podía ser un
lugar privilegiado para una adolescente, o un infierno de fango, donde hagas el
movimiento que hagas, más resbalas, más te manchas, más te cansas. Decía que
“todito” depende. Y yo le preguntaba como en la canción: “¿de qué depende? ¿Del
lugar donde naciste, Lucy?” Y ella tardó años en contestarme…aún no me conocía
lo suficiente. No daré detalles de su infancia y la mía, porque el tiempo ha
demostrado que, a veces, los adultos somos víctimas de nuestro pasado, de
problemas o ausencias familiares, de
agresiones o de protección en exceso, de la política de tu país o del vecino.
Pero no siempre.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucy y yo nos conocimos
a los 18 años en el club, el único club de striptease en el que hemos bailado,
el único que hemos conocido. Allí empezamos. Ya conocíamos este mundo oscuro,
lleno de humo, copas, escondites y, sobre todo, más que gente malvada, gente
desgraciada. Cada una venía de su mundo, una había aprendido a moverse por
causas turbulentas, y la otra por la búsqueda de lo atrevido, lo prohibido y
por ello, lo deseado. Ahora ya da igual el camino recorrido, lo importante es
que nos habíamos convertido en diosas del baile erótico, lo disfrutábamos, e
incluso, si el número era en pareja, nos excitaba. Quizás la confianza creada
entre las dos nos proporcionaba el momento de mayor relax de la jornada. Cuando
un nuevo día se vuelve tan retorcido que nunca sabes hacia dónde girará, Lucy
era lo único de mi mundo que no significaba una amenaza, y lo mismo acabé
siendo yo para ella. Y así fue como nos escogieron para hacer porno lésbico. Y
después, vino lo demás.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">No recuerdo haberlo
decidido. Pero tanto ella como yo supimos entonces, y sabemos ahora, que
nacimos para esto. La historia había cambiado, es cierto que ya no nos
sentíamos artistas, pero realmente nunca quisimos serlo. Danzar mientras te
quitas la ropa, sabiendo que quien te mira no te mira realmente, sino que se
deja desnudar a sí mismo de sus pesados lastres de calle, compromisos o
trabajos vacíos de simiente. Moverte para sorprender, para hipnotizar, y hacer
que el que viene, no pueda evitar sentarse en el bar. Eso se acabó hace años.
Ahora la historia era más repetitiva, más anodina quizás para el que la ejerce,
pero sin duda más emocionante en cuanto a técnica se refiere. Aprendimos a ser
cuerpo, a palparlo, redescubrirlo y adorarlo. Aquí era más importante tener
apetito, y saciarlo, que saber cocinar bien. Aquí cada uno conocía su cuerpo,
sus gustos, y casi podía conservar su propio estilo dentro de los estándares de
lo que la moda marque como higiene. Aprendimos a estar desnudas, con más gente,
y a disfrutar de ello. Aprendimos a mostrar explícitamente todo lo que al placer
concierne, y esto nos dio una visión perfecta de humanidad. Resultó que este
trabajo que tan grotesco pareció a nuestro entorno, y que tanto les costó
encajar, nos dio una lección de empatía y solidaridad. Y esto fue lo que
finalmente me quería decir Lucy. En el sexo das y recibes, a la par. Y si te
atreves a hacerlo y te reconcilias con lo que te apetece, se convierte en el
trato perfecto, sin peticiones, apuros ni contratos. Puro sexo. Y el porno fue
la ventana hacia lo que todo el mundo quiere o espera del puro sexo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Tras ver tantos hombres
y mujeres repitiendo tomas, una y otra vez, mostrando nuestro lado más animal
(no por una connotación de “lo bestia”, sino porque la naturaleza también en
nosotros expresa su fuerza) ya uno deja de darle tanta importancia a nuestras
diferencias. Porque en ese maremágnum de piel sudorosa, venas hinchadas, pechos
bamboleando, pezones enrojecidos y mordisqueados, espaldas arañadas de hombres
empalmados, lenguas, cachetes, pellizcos, gemidos, espasmos, golpes que no duelen
porque nos volvemos casi sobrehumanos… en esa miscelánea de violencia
equilibrada sólo por nuestras vísceras, pero sin cadenas pensadas. Ahí hallamos
al ser humano. No sé si todos, pero les aseguro que Lucy me convenció, y quizás
porque ella quería ser monja, como les dije, por su fe en el ser humano y todo
ese rollo, lo logró. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Las cosas ahora no nos
van muy bien, y hace tiempo que no hablamos del tema, pero aún recuerdo cuando
Lucy me decía: “¿No te parece generoso lo que hacemos? Nuestras películas y
nuestras fotos ayudan a gente a llenar un vacío que todos tenemos, y que cada
uno rellena como puede. Y nuestro trabajo es proporcionar placer con algo que
todos tenemos, que apenas es la cara, el gesto o la palabra, sólo el cuerpo, la
piel. […] ¡Ése sí que es un reto! Mirar a tu compañero/a de escena y deleitarte
deseando lamerle, comerle, no como un objeto, sino porque te reconoces en él o
ella como ser que anhela el roce, el beso y el fundirse con otro ser, una y
otra vez. Y hacerlo.” Como he dicho antes, Lucy tardó años en liberarme. Y digo
liberarme porque yo aún no había superado mi trayectoria, mi vida, mi trabajo,
y me había estancado en esa niña consentida de 16 años que se escapó de casa
renegando, y a la que en el fondo le gustaba hacer algo que muchos rechazaban.
Y ella me enseñó a amarlo, libre y sin sollozos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lucy no ha logrado ser
monja, y no estoy segura de que acabe siéndolo. Porque su delirio es ser el
delirio de otros, conquistar, y es una especialista es despertar ese lado tan
salvaje que todos tenemos. Ella es creyente, va a misa los domingos, e incluso
cuando reza, se sorprende a sí misma intentando conquistar a Dios. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Os dije que estaba
loca, o enferma. Pero es mi mejor amiga y adora su trabajo. Sus escenas
preferidas son las de sexo oral. Ahí abajo, entre las ingles, lo controla todo.
Incluso el pelo.<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-58543575011619743372014-03-30T14:45:00.002-07:002014-03-30T14:45:34.687-07:00Viaje en coche<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Recuerdo bien ese viaje<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Cómo olvidarlo. No sé cuánto tiempo llevábamos
preparándonos. Fijar fechas, consultar la meteorología, avisar a tu familia, a la mía… fueron nuestros
quehaceres durante semanas. Sobre todo, mentalizarnos de que al fin, íbamos a
estar tú y yo. A solas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Viajamos allá por donde nos llevó el asfalto,
pero con un destino fijo: nosotros. Ninguna ciudad, puerto, montaña o castillo
tenía tantas ganas de visitar como los tuyos. Y tú llevabas tiempo intentando
descubrir mis rincones mejor guardados, mis cumbres y mis prados, esos que sólo
asoman cuando el sol viene con fuerza, cuando llega la calma y se aleja la
niebla que en mí se asienta. <span style="background: yellow;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Decidimos viajar en coche. Podíamos haber
escogido viajar en avión, por ejemplo, pero no queríamos correr demasiado y
sobrevolar nuestros accidentes sin pararnos, con tiempo, a mirarlos. Caminar
también era una opción, pero no queríamos detenernos demasiado, porque cuando
una pareja se mira demasiado, piensa demasiado, pregunta demasiado, y no se
comunica realmente nada. Finalmente, decidimos llevar el volante y tampoco
elegimos el tren, porque es verdad que resulta más cómodo dejarse llevar por
otros, pero cuando uno se siente libre de decidir dónde y cuándo, quizás no
está tan cómodo, pero se siente más feliz.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Este viaje a tu lado significó mucho para mí. No
sólo porque pude beberme lo que hay en ti de cotidiano. No sólo porque pude
mostrarte la aldea de mi infancia, donde guardo mis recuerdos perdidos, los que
no me llevo a ninguna parte, los que se quedan allí. Este viaje tuvo
significado para mí porque visité las ruinas de un castillo encantado. Donde te
encontré, pero de otra manera. Te descubrí con la camisa remangada,
reconstruyendo una vieja casa, que antaño fue hermosa y llena de vida, que pasó
a estar llena de desgracia, y que tú con tus manos, habías llenado de huertos y
plantas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Y como todo viaje, tuvo contratiempos. Pero sin
batalla. Paraste el coche en el arcén porque, por un momento, no nos faltaba la
gasolina pero sí gritaba la paciencia, que se agotaba. “Estoy cansado”- me
reprochabas. Mis montañas inhóspitas, mis bajadas arriesgadas, mi afán por
pararnos en cada pueblo a ver cómo vivía la gente de allí el mañana. Mi
silencio, mi mirada que se hacía añicos contra el suelo o que sobre el césped
se tumbaba… pero estaba contigo, era nuestro viaje en coche; y entonces recordé
lo que siempre dices y me salva: “Cuando te venga la rabia, ¡salta!”. Te lo
dije y saltar contigo, a descompás o acompasados, hizo que la tierra temblara.
Y con ella, los fantasmas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Como te he dicho antes, recuerdo bien ese viaje
en el que nos perdimos. <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Georgia","serif"; mso-bidi-font-family: Georgia;">Precisamente esto es lo bueno de los recuerdos
que, incluso cuando nunca ocurrieron, pueden ser inventados, imaginados, para
entonces ser recordados.</span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-59749238747957522252014-01-26T04:35:00.001-08:002014-01-26T10:08:06.553-08:00A mi hermano<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Frágil.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Estamos acostumbrados a que las
cosas más bellas, las que más amamos, o las que más admiración nos producen,
sean frágiles. O quizás somos nosotros los que nos volvemos frágiles antes
ellas. O más bien las hacemos frágiles, de tanto usarlas, manosearlas, o
quererlas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Lo mismo pasa con las personas.
Lo mismo me pasó contigo desde que tuve uso de razón. Vi tu belleza, la que se
muestra y la que en ti habita; te amé hasta el infinito; y te admiré, por
reconocer lo desconocido que eras, incluso para ti mismo.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El mundo me contaba el otro día
un secreto mientras se tomaba un respiro. Le pillaste de improviso. Esperaba tu
sonrisa, por la que sabía que pararía de vez en cuando de dar vueltas, para
quedarse a verla. Esperaba tu mirada, curiosa y a la vez temerosa, dudosa de lo
que puede dar de sí una vida, o dos. Esperaba tu energía, paralizada,
encarcelada, por la que habría que pagar varias fianzas.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Confesiones de cafetería, donde
el mundo me contó que le pillaste de improviso. No le dio tiempo a cuidar de tu
inocencia, que como todas, debía ser robada. No llegó a tu dieciocho cumpleaños,
y quizás por eso, nunca creciste como debiste. Y aún, le estás esperando.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Este mundo te esperaba como un
niño soñador, de inteligencia feroz, humor vivaz, creador de castillos sin
puentes. Aislado de bullicio, rumores y gentes. Porque tú eres de individuos,
de historias vivientes. Y lo demás…pues que lo coja algún superviviente. Tú no
tienes problema, y aborreces la pelea. Sientes y denuncias, escuchas y respetas.
Te va el individuo, y su historia viviente.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pero al mundo, tu fragilidad, le
pilló fuera de juego. En ti, en lo que tocas, en lo que haces o en lo que
dices, por alguna razón o por ninguna, hay belleza. Y por eso se te ama hasta
la sobreprotección, y a veces, hasta la asfixia, como la duquesa se encadena a
sus joyas, como el amante a su infiel amor, como el trepa a su labor, o como
una madre. Sin control.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y por ello, sobre tí se
derramaron muchos de nuestros deseos, anhelos y expectativas. Por tenerte
cerca, y controlado, el mundo te ató con los suaves lazos de la sociedad,
terca. Que hace frágil lo que ama, por usarlo y manosearlo. Y pesa.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Por ello, tenerte lejos es lo
mejor, hermano. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Libre. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Aunque duela.</div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-53121133557974163852014-01-12T06:52:00.002-08:002014-01-12T07:00:01.623-08:00Reconciliarse<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Yo estaba sentada en la sala de
espera de urgencias. Nada dramático. Daniel, mi hijo de 8 años, había intentado
hacer de Spiderman en el parque y se había caído. Tenía algunas heridas, pero
afortunadamente no se había roto ningún hueso. Le estaban haciendo algunas
curas. Y a mí, en esa sala de espera, de alguna manera, también. De repente fui
consciente de que, aunque estaba allí en el parque, a su lado, no pude evitar
la caída de Daniel ni sus consecuencias. Y de la misma manera, todo aquello que
me hacía no querer levantarme de la cama por las mañanas… la hipoteca, visitar
a mis padres aun a sabiendas de que no soy su favorita, sentir que no hago bien
mi trabajo, un marido con cuya infidelidad convivo (y casi respeto, porque bien
mirado, yo también le sería infiel a una mujer triste), un hijo que admira a su
padre y apenas sabes lo que siente por ti…</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Tendemos a pensar qué hicimos mal,
en qué momento nos empezamos a equivocar de tal manera que asumimos que no había
remedio. Pero ese día, Daniel tuvo una caída por azar, y no tuvo grandes
consecuencias. Le miré sin temor a que me juzgara, le abracé, con todos mis
límites y debilidades, pero también con todo mi amor y mi indiferencia por mi
falta de fortaleza. Con todo mi ser, sin olvidarme de nada.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
[…]</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Así fue como aligeré mi carga, me
liberé. Esa tarde yo también me caí, pero en la cuenta de que reconciliarse con lo que
uno es, o con la vida que lleva, no es más que encontrar una pista. </div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La verdadera.</div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-29374878255062783912014-01-04T13:39:00.000-08:002014-01-04T13:39:16.363-08:00Debilidades<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">“Ella. Ella
era mi conexión con el resto el mundo. Si no la hubiera conocido, no hubiera
conocido la que seguro es la mejor versión de mí mismo que jamás existirá. Si no
la hubiera tenido entre mis brazos, al menos esa única vez, nunca hubiera
sabido a qué huele la gloria. Si no hubiera escuchado junto a su respiración el
silencio del alba, todos mis amaneceres se hubieran quedado en meras antesalas del
mañana, otro más. Si no hubiera contado con ella las estrellas esa noche, yo no
sabría ni contar los dedos de mis pies hoy día…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Estoy hecho
para la guerra. Desde niño me costó mostrar afecto, pero siempre fue fácil para
mí pelear, nunca tuve miedo de perderme o quedarme sólo, y el abandono de mis
padres apenas lo valoré siempre como un signo más de que yo no era más ni menos
que un hombre, adaptado a la indigencia del calor humano, pero con un destino: las
armas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">[…]<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Siempre he
sido consciente de lo frágil que es el cuerpo, pero nunca imaginé que no sería
el miedo a la muerte, sino el miedo a la vida, a la pérdida, lo que me robaría definitivamente
las fuerzas.”<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-16548605704422624152013-12-29T15:41:00.001-08:002013-12-29T15:41:38.124-08:00Padres e hijos<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">“… No era lo
que hacíamos ni dónde desembarcáramos. La vida con papá siempre fue confusa en
cuanto a espacios y actividades, pero nunca esto condicionó la relación que
existía entre nosotros dos. La vida corría demasiado deprisa como para pararse
a dialogar, y por tanto, no eran pocas las discusiones que en el barco o en la
plaza se sucedían. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Papá y yo
éramos muy diferentes. Nuestra visión de la vida distaba cielos y estrellas,
pero nunca eso fue un impedimento para que formáramos un buen equipo. Su ambición,
y su afán por la perfección o el renombre chocaban con mi pasión por los
detalles, el trato con la gente o el amor por los sueños. Pero soñar era pecado
para papá. Para él, todo aquello que nos alejara de tener los pies en el suelo
y nos elevara, no suponía más que una amenaza para caer y darse bien fuerte en
la cabeza. Y es ahí, Kevin-decía de forma enérgica mientras me tocaba con su
dedo índice la frente- en esa cabezota que tienes, donde deben habitar las
ideas, y no los sueños. Y si te la rompes, ya no querrás soñar más. Ni pensar.
Cuídate bien de tus sueños, porque están hechos de tequila y sal.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">[…] Durante
esos años, papá nunca descansó. Y acompañarle tampoco me permitió descansar a
mí. Ni soñar. Pero no me importaba, porque él contaba conmigo, y como adulto me
trataba. Incluso cuando no me comprendía, me amaba. Incluso cuando no me
soportaba, sonreía. Y yo, con eso, me conformaba.”<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-28755707303875922252013-12-10T07:09:00.002-08:002013-12-10T07:09:43.896-08:00El nacimiento<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Nacer. Ese intervalo de tiempo, (breve para algunos, eterno para muchos) en el que la vida comienza. Y con ella, un sinfín de acontecimientos que pudieron no haber ocurrido jamás son liberados hacia el complejo y repentino mundo de los hechos.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Nacer no es fácil. Todo comienzo ha pasado por un fin y, en algunos casos, aún se puede saborear el amargo pero sutil vinagre del drama que nos lleva a una muerte, a una caída, de la cual despertar, resurgir…no entraba en nuestros planes. Y así, de repente, vuelves, regresas, naces. Y con el nacimiento viene el vértigo. El abrir de ojos y cegarse al principio de tanto como vemos. De tanta luz que desconocíamos. El escuchar y asustarse de tanto ruido, de tanta expectación cuando nunca antes nadie nos había esperado. El sentir el corazón acelerado, palpitando fuerte, sentirse fuerte, vivo. Hacerse consciente de que todo es diferente y tú…estás vivo.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Hay muchas formas de nacer. En la cultura occidental prevalece la idea de que nacemos una sola vez a lo largo de nuestra vida, al igual que, afortunadamente, morimos una sola vez. Típico. Porque occidente, un buen representante del <i style="border: 0px; font-size: 16px; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">mundo desarrollado</i>, sabe sin duda cómo afrontar sus miedos. Basta con reducirlos a uno. Basta con que las situaciones que más tememos, los cambios, los grandes cambios, los que hacen historia, los vivamos una sola vez. Así no les cogeremos el gustillo a eso que se le conoce como renacer. Nos inventamos este término para remitirnos a un estado casi de iluminación, como si sólo unos pocos, los elegidos, pudieran tener una visión o una vivencia lo suficientemente importante y trascendental como para considerar el concepto de volver a nacer. De ahí que la palabra renacer se haya quedado para expresar de un modo casi poético la euforia que da el descubrirse como alguien nuevo o, en este caso, re-descubrirse. Y de ahí que muy poca gente crea realmente en su derecho a renacer y, con ello, a renovarse, a reinventarse. En definitiva, nacer de nuevo. En cambio, es la cultura más oriental, la africana y también la latinoamericana, la que ha respetado este espacio como algo legítimo de la vida del pueblo y, en lugar de saquear o manipular el concepto del nacimiento, lo ha dejado en manos de la cultura popular, de quien realmente vive, porque nace, y sabe que podría volver a nacer. La gente.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Y, a menudo, son los pueblos los que hablan y deciden cuándo nacer. Porque no sólo se nace de una madre. Un individuo puede sentir que ha vuelto a nacer cuando se hace adulto. Muchos pueblos africanos lo saben bien y pasan por ese trance que supone el morir a muchas cosas que debes superar antes de nacer para otras. Y es un hecho tan íntimo y, a su vez, tan clave en la vida de una persona, que la comunidad lo acompaña en este proceso ya sea con rituales, cantos o danzas. Nada importa más que el que nace. Todo lo demás acompaña y, sencillamente, hace que ese momento, esa transición hacia algo o alguien más puro, más resuelto o mejor, sea aún más perfecto. El alma latinoamericana también conoce bien el potencial de un nacimiento, su significado. Porque el que nace no lo hace por primera vez, viene de lejos, con la carga más o menos ligera de su otra experiencia vital y, si ha llegado hasta aquí y nace, es porque lo que viene también forma parte del entramado de su destino. Porque no somos más que caminantes, viajeros…y apenas estamos aquí de visita. Y como invitados en esta tierra, al nacer, nos acogen y por nuestro bienestar, velan. Pero al final, el tiempo se acaba y debemos llevarnos los recuerdos, sí, pero sobre todo, el aprendizaje. Eso que nos hará especiales y, por ello, merecedores de un mejor trato en la próxima visita.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Es curioso lo de los occidentales. Que le hayamos cogido miedo a nacer varias veces en la vida y que nos atraiga más la idea de nacer, simplemente, y comenzar un camino, con frecuencia bastante incierto, para perseguir sueños que nunca alcanzaremos, porque es normal que se rinda quien no descansa alguna vez. Porque para hacer la carrera de obstáculos que es la vida, y no abandonarla, hay que pararse alguna vez y respirar, y enfrentarse a lo que nos duele, a lo que no va bien y no nos deja avanzar o coger ventaja. Y quizás hay que dejar incluso la carrera y continuarla otro día, sin que nos invada la sensación de que dejar un día la carrera es un fracaso cuya carga no soportaremos.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Incluso en la religión que aceptamos, o mejor dicho, se nos fue sugerida, hay atisbos claros por escrito de que, cuando el cristianismo era tal, también se creía en la idea de volver a nacer. Y no sólo se creía en ella, sino que el mismo Jesucristo invitaba a hacerlo a mendigos, enfermos, prostitutas y recaudadores, como Nicodemo. Porque para los olvidados, los invisibles de la época, el único hálito de esperanza posible sería precisamente la promesa de un futuro, a ser posible, mejor. Limpios de estigmas sociales. Una nueva oportunidad. Y en este caso, el Mesías, según los textos, no sólo invita con sus palabras a renovarse o reinventarse utilizando el concepto griego de regeneración, sino que añade otro término aún más interesante: Aquél que llama a nacer de nuevo, pero con un origen nuevo. Porque en esta transición, el individuo, tras haberse reconciliado con su historia personal, reconoce sus raíces y, a partir de ahí, es capaz de saberse, con orgullo, hijo de sus vivencias.</span></span></div>
<div align="JUSTIFY" style="background-color: white; border: 0px; color: #444444; font-family: 'Open Sans', Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 24px; margin-bottom: 1.714285714rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="border: 0px; font-family: 'Times New Roman', serif; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;"><span style="border: 0px; font-size: small; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Por tanto, el nacimiento siempre debe ser algo especial y único. Pero no tiene por qué estar condenado a no ser recordado por el protagonista, solo porque pasó hace mucho tiempo, cuando apenas podíamos pensar ni sentir. Nacer puede ser una opción o la parte de un ciclo. Pero sobre todo, es toda una oportunidad. Y encima, por estrenar.</span></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-55008636127070966852013-12-07T11:47:00.000-08:002013-12-07T12:04:46.268-08:00Caos vs Hospitalidad. Navidad 2013<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Los olores. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">El olor y el
viento siempre fueron la mejor antesala de los acontecimientos. Pues bien, ya
huele a Navidad. No me detendré este año en si la Navidad es una época feliz o
triste, potenciadora de nuestras bondades o de nuestras maldades. Sólo sé que
estamos en vísperas del segundo domingo de Adviento, y yo no sé si la gente
estará esperando la llegada de algo grande y trascendental, pero desde luego,
si algo llega, caerá en el centro de Sevilla supongo, porque está invadido,
colapsado, dominado por multitudes en una búsqueda desaforada de sabe Dios qué.
Bajar a tirar la basura y que te dé miedo caminar, que te lleve la marea, algún
carrito derrapando, alguna abuela agarrada a su nuera criticando la humanidad,
algún padre aturdido con su niño/a en los hombros quizás desde una hora antes, jóvenes
pubertosos que se encuentran en el umbral entre salir con sus padres o con sus
amigos en estas fechas, y caminan errantes, con miles de preguntas acerca de
cómo llegaron allí, y lo más interesante, por qué con ese modelito de bufanda,
gorro y trenca. En fin, y un sinfín de maravillas más. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Una cosa sí
me hizo frenar la bici (esa que me permite experimentar la sensación de volar
si voy a mucha velocidad por los raíles del metro), y fue llegar a la plaza del
Salvador, y ver que había gente parada observando, asombrada, algo. Todos en la
misma dirección. Tuve que dejar de sortear cuerpos de movimientos
impredecibles, frenar, bajarme de mi compañera de viaje, y con ella, averiguar
qué era aquello con lo que la gente se estaba conmoviendo. Las luces.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Quiero
pensar que, mientras no perdamos la capacidad de pararnos a mirar y a disfrutar
de aquello que nos conmueve y nos hace, quizás, soñar, habrá esperanza. Porque
el comienzo pueden ser unas luces en forma de lluvia de estrellas. Pero el
final, quién sabe del ser humano y sus caprichos. Podría ser una Navidad en la
que los hogares se abrieran a aquellos que no lo tienen. Una Navidad en la que
tú y yo, practicáramos el deber sagrado de la hospitalidad de la antigua
Grecia, donde el extranjero y el indigente estaban bajo la protección del
mismísimo Zeus, y por tanto, era un sacrilegio dejarles desamparados (lo
mismito que ahora, que el delito es atenderles). <o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Cambria","serif"; mso-ascii-theme-font: major-latin; mso-hansi-theme-font: major-latin;">Una Navidad,
en definitiva, donde comprendamos, para el resto del año, que nada es tuyo ni
mío en esta tierra, sino de todos/as.<o:p></o:p></span></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-81779023370806645662013-11-18T04:44:00.001-08:002013-11-18T09:42:57.750-08:00Ventana, siempre.<!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No lo sé. No sé en qué momento
subiste al autobús. Ni en qué momento me percaté de tu reflejo en el cristal de
la ventana. Porque yo soy de las que siempre quieren ventana, ya sea en el
tren, en el autobús, o incluso en el coche, prefiero ser copiloto, no porque me
lleven, sino por disfrutar y entregarme, plenamente, al paisaje que se me
ofrezca tras esa división que siempre, siempre, me impide disfrutar del viento:
la ventana.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Las personas como yo solemos
elegir ventana en los trenes o buses, y en el fondo, es un misterio, porque
normalmente, de noche no sirve para nada, porque las luces del interior del
vehículo acaban con el espectáculo, creando nuevas imágenes, ilusorias, que
nunca nos interesaron…o quizás sí. Ya no lo sé. A veces pienso que puede que, a
pesar de viajar a menudo de noche, sigamos eligiendo “ventana” porque en el
fondo nos da igual lo que nos ofrezca. Lo importante es perderse en lo que
represente. Como cuando te sientas en el teatro y esperas realmente que los
actores logren raptarte durante unas horas de tu mundo, tu vida, o de la imagen
que tú tienes de la misma.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No lo sé. No sé por qué pero hoy,
dudé si tu reflejo era una quimera, un invento de cristal, o era realidad. Y
quise volverme…pero no lo hice. No quise, no pude o no debí. No lo hice porque
sabía que si eras real, ya nunca podría dejar de mirarte. No lo hice porque
incluso tu imagen, la del cristal, quise acariciar, recorrer, estudiar. Cada
poro, cada brillo o mate de tus mejillas, cada movimiento que tu nariz
articulaba mientras respirabas. Cada milésima de segundo que me bebí contando
tus parpadeos, rápidos y fugaces, como tu mirada, que se me antojaba atenta,
penetrante pero esquiva. Tú controlas lo que miras, pero también lo que no.
Porque a mí no me miraste, pero todo el resto de tu ser sabía de mí, al igual
que el mío sabía de ti.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
No lo sé. No sé en qué instante,
de repente, me dí cuenta que mi trayecto se acababa, que tenía que girarme, que
tendría que exponerme a saberte real, y con ello, a verte, olerte, rozarte al
agacharme a recoger las cosas, a escuchar tus pensamientos y saborear tus
dudas, las mismas dudas, los mismos nervios. Quedaba una parada, y nunca hubo
un minuto tan eterno. No sé cómo, pero tú sabías de mi delirio, de mi miedo, y
con delicadeza exquisita, pero sencilla y noble, en ese minuto te fuiste
moviendo, haciendo, elaborando, con prudencia, mi hueco. Porque el bus estaba
lleno, pero hubiera dado igual que estuviera vacío. Ese hueco, ese espacio, o
ese planeta, no era tuyo ni mío. En el fondo, era nuestro. </div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-7142714748798128632013-11-14T16:13:00.001-08:002013-11-14T16:13:35.061-08:00Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-81873003283434833042013-10-07T16:08:00.005-07:002013-10-07T16:17:18.588-07:00Adicciones<div class="MsoNormal">
Llevo tanto tiempo aferrado </div>
<div class="MsoNormal">
Al consuelo que sólo el licor dulce aporta, </div>
<div class="MsoNormal">
Al abrigo que el agua ardiente regala, </div>
<div class="MsoNormal">
O bajo el techo del atardecer color malta.</div>
<div class="MsoNormal">
Llevo tantos inviernos de nieve,</div>
<div class="MsoNormal">
Esperando el deshielo de mis promesas gastadas.</div>
<div class="MsoNormal">
Y tantas noches en vela, navegando,</div>
<div class="MsoNormal">
En contra del vendaval de humo</div>
<div class="MsoNormal">
Que formaban tus quejas tras mis pisadas.</div>
<div class="MsoNormal">
Estoy cansado de batallas,</div>
<div class="MsoNormal">
De hacer, contra mis sueños, matanzas.</div>
<div class="MsoNormal">
Porque soy un esclavo sin agallas,</div>
<div class="MsoNormal">
Que frente al vicio, resbala…</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
…porque sólo y sobrio, nunca estarás. Escapa.</div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-42941284091935544192013-09-10T18:27:00.000-07:002013-09-10T18:27:15.827-07:00Guate <div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
<em><strong>Recién llegados a Santa Lucía.</strong></em></div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
<em>Lunes. Amanece en Guatemala. Tenemos la primera toma de contacto durante el fin de semana con este país y su gente, sus colores y sus sabores. Comienza a asomar una pequeña rutina de trabajo y, sobre todo, de ilusión, que de seguro nos acompañarán el resto de nuestro campo de trabajo.</em></div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
<em>Este lunes no es igual a los demás. Hoy ha sido el primer día de muchas cosas, y entre ellas, ocupa un lugar especial el primer desayuno con las familias que nos acogen. De repente, la rutina de casa que cada uno trae en la mochila se desvanece para dar espacio a un nuevo concepto de hogar, donde los visitantes no son tratados como extraños, sino como un pariente más; donde las familias crecen, y no por ello viven separadas, sino que siempre habrá cabida para otra “casita” más, donde los “patojos” puedan corretear, los animales participar de la vida familiar y los mayores velar por el cuidado de todos los demás. En este concepto de hogar nadie se plantea “a priori” el puesto de trabajo, la religión o el estado civil del que viene ni del que acoge. En Guatemala parece que no hay tiempo para tonterías, pues la vida es demasiado fugaz como para pararse a divagar. Desde el momento que comienzas a tratar con este pueblo te das cuenta de que ellos, por defecto, esperan lo mejor de ti. Por tanto, no tienen miedo ni pudores. Ellos te presentan, te ofrecen y te enseñan su cultura, su día a día, y su cariño sin contemplaciones. Porque para ellos, las diferencias culturales hace tiempo que dejó de ser un problema. Hace tiempo que empezó a ser una riqueza.</em></div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
<em>Y empieza el baile…Este grupo de españoles que en nada se parecen en origen y edad, pero que tanto se parecen en aquello que les hace vibrar, se ha puesto manos a la obra con los talleres de educación medioambiental y reciclaje. Porque para enseñar en las escuelas cómo optimizar el uso de sus recursos (que por ser limitados, no por ello son menos valiosos), primero, tenemos que asumirlo y aprenderlo nosotros. Y este punto no tiene desperdicio. No todos los días se ve a un grupo de chicos/as de ciudad construir algo con sus propias manos, pero más llamativo resulta aún verlos transformando montones de botellas de plástico y llantas de coche en objetos útiles y decorativos que podrían formar parte de nuestro día a día. Al principio no éramos más que curiosos sujetos incrédulos que paseaban por la sede de Inlexca como si de unos pobres náufragos se tratase. Era como si nos hubiéramos perdido en mitad de un pequeño paraíso de vegetación bien cuidada pero, a su vez, libre, en la que conviven unas casitas y por las que pasan personas de todos los rincones del mundo con un mismo objetivo: ayudar. Por tanto, sólo en un ambiente como éste, de libertad y cambio, donde todo evoluciona hasta ser la mejor versión de sí mismo, es donde nuestro grupo, que llegó ajeno y novato a cualquier técnica de reciclaje, ha acabado generando (con la ayuda de Alex y Diego) especialistas del uso del martillo, maniáticos de los alicates, exterminadores de cuchillos de sierra, taladradores de tapones de botellas y verdaderos carpinteros de vocación.</em></div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
<em>Como era de esperar, un día así sólo podía terminar en la única cantina del pueblo, con la música que sólo una gramola que parece sacada de “la hamburguesería de la Chavel” puede regalar y brindando con una cerveza “Gallo” en la mano.</em></div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
<em>Y que conste, sólo estamos en el segundo día.</em></div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-26516287042210858022013-09-10T18:25:00.001-07:002013-09-10T18:25:08.658-07:00Guate II<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
"<strong>Charlas en los coles de Santa Lucía y “ratitos nutritivos” con las mujeres de San Lucas</strong></div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Y se nos va la segunda semana, como si se nos escapara de las manos. Una semana que ha estado llena de retos.</div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Comenzar el día sabiendo que la mayoría del tiempo vas a estar con niños, y que les vas a tener que explicar lo importante que es reciclar. Reciclar y reutilizar en lugar de consumir sin frenos en un mundo que se viene abajo, no porque la raza humana pese demasiado, sino porque su ambición descontrolada pesa demasiado. Hablar de ciertas cosas en ciertos contextos puede ser algo muy emocionante, pero a su vez, aterrador. Porque los niños pueden ser los seres más tiernos del mundo, pero también son los más impredecibles. Tanto, que cuando finaliza la mañana, uno puede estar más perdido que los alumnos a los que habla. Lo bueno de todo esto es que hablar, estar, jugar y compartir momentos con los niños, siempre resulta ser, ante todo, un aprendizaje.</div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Levantarse de la cama sabiendo también que, después de una mañana tan completa, estaremos con los adolescentes, con aquellos que están a las puertas de ser hombres y mujeres, de desempeñar labores de hombres y mujeres, de pensar y sentir como hombres y mujeres. Si dar una charla de autoestima, género, plan de vida y sexualidad a los adolescentes de tu propio país podría hacer que le temblara las piernas a más de uno, dar este tipo de charlas en otro país, bajo el yugo de una cultura donde la religión tiene reservado su lugar en los palcos, junto a otras realidades como el embarazo temprano, la violencia o la discriminación, podría resultar, simplemente, inviable…pero Guatemala es una tierra de volcanes, tierra viva, selva, color. En definitiva, es uno de esos lugares donde todo es posible. Y así ha resultado ser. Estar con niños y jóvenes guatemaltecos no fue más ni menos que un regalo. Porque el poder que más predomina y reina en Guatemala, sin duda, es el cariño, el afecto, y todas sus formas de expresión.</div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Porque llega un momento en el que sus uniformes y nuestras ropas ya no importan, lo importante es jugar al fútbol con una botella y jugar entre charcos de agua y barro, en una clase a medio construir en la que la lluvia arrasa y ensordece, pero no destruye. Porque lo que parece un niño rebelde y travieso que puede sabotearte la clase, no resulta ser más que un duendecillo que cuando sonríe te desarma, porque te descubre que se puede sonreír sin límites sin tener apenas dientes.</div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Porque en Guatemala todo guarda su secreto, su leyenda.</div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Como las mujeres de Santo Tomás, que nos acogieron y nos prestaron su espacio para hablarles de nutrición, de la ideal y de la posible, cuando ellas son las verdaderas expertas en materia de alimentos y en cómo cultivarlos, sembrarlos y trabajarlos. Mujeres, madres, hijas, hermanas y abuelas, algunas cuya principal lengua no es el español, y otras muchas que se sienten posiblemente a años luz de lo que es un español…Todas, absolutamente todas mantuvieron en su gesto uno de los dones más maltrechos de nuestro tiempo: el agradecimiento.</div>
<div style="background-color: white; font-family: 'Lucida Grande', Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 12px;">
Empezamos nuestra última semana, y pidiendo con o sin sincretismo, a todos los dioses mayas, y cristianos o evangélicos que la prolonguen, y mucho, porque este grupo de españoles sufre una adicción: Guatemala y su gente."</div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2446494045430695927.post-78723401109980149892013-08-20T06:45:00.001-07:002013-08-20T06:45:56.291-07:00Guatemala I<!--[if gte mso 9]><xml>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pueblos. Pueblos llenos de gente,
casas, comercio, y niños…muchos niños. Y todo a orillas de una carretera que la
mayoría de las veces no lleva a ninguna parte. Pero en la que, por alguna
razón, todos confluimos en algún momento de nuestra vida.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La vida de las gentes de
Guatemala, es una vida cuyo motor no se conoce con exactitud, pero que rueda y
rueda, como esas bicicletas que están fabricadas por manos inexpertas pero muy
entusiastas, y por miles de diversas y diminutas piezas. No es extraño ver
bicicletas así por estas carreteras, cargando mercancías hasta lo que parecen los
confines de la selva. No es extraño ver madres con sus niños que como caracolillos
van cargando con la casa, con la vida a cuestas. Sin saber muchas veces ni por
qué, ni en qué momento comenzó esa carga, ni si tiene fin ni destino. En definitiva,
el motor de sus vidas es un motor sufrido, desgastado y,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a veces oxidado. Pero que no se rompe, y por
supuesto, que ni siquiera piensa en rendirse. Porque la vida en Guatemala no se
piensa, porque no sirve pensar en una vida que cambia a cada momento. Porque no
sirve de nada planificar aquello que cualquier desastre natural o cualquier
persona con más poder y menos humanidad de la que debería, se puede llevar. Aquí
todo es pasajero, no porque perezca, sino porque se lo llevan. Y no por ello,
Guatemala deja de ser bella, tierna, y un refugio de la naturaleza.</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Durante mucho tiempo, a este país
se lo han arrebatado todo. Todo… menos los tambores. Me refiero a ese sonido
que parece tener el latir de los guatemaltecos. Ese ritmo apaciguado que
parecen tocar las almas de esta tierra. Porque aquí no sólo vives con la gente,
sino con sus antepasados. Este ritmo viene marcado por la sonrisa del pueblo,
su voz, su manera de aceptar la vida tal como viene. Su ilusión, su capacidad
de lucha, y su corazón que muestran sin pudor. Su sabiduría, esa rebelión
interna que se desata contra lo que se sabe pero no se comparte, y se aguarda
en silencio hasta que llegue el mejor momento. Guatemala está cansada, pero
laten sus tambores, a la espera del mejor momento.</div>
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Este <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fin de semana tuvimos la oportunidad de cruzar
el país, y te das cuenta de que las fronteras, al igual que separan, pueden
crear mini-universos. Porque si recorres Guatemala, no sólo sigues
sorprendiéndote con la calidez y la vida sencilla de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sus gentes, sino que también descubres cómo
es el mundo y tú cuando ambos están desnudos de artificios. Cuando tu cuerpo
logra estar en pleno contacto con la naturaleza, y es acariciado por hojas,
aire, agua y tierra, pero nada fabricado con máquinas. Estar en el altiplano,
en Chimaltenango, en Tikal viendo ruinas mayas, entre volcanes, en la frontera
mexicana o en el Caribe sin salir de Guatemala. Estar en pleno mar, rodeado por
una selva oscura, impenetrable, imposible de transitar a simple vista y cuyo
encanto es, precisamente, ése: observar una tierra que nadie puede ni podrá
dominar. Ir en una lancha, a la vera de pescadores, y sentir que es posible
caminar sobre el cielo cuando observas el agua pasar a esa velocidad, un agua donde
todo se refleja: el cielo, la selva, la vida de los que allí viven, la tuya. Cruzar
las aguas de este país es como correr sobre el cielo, echarle una carrera a las
nubes, escapar de todo lo que te sobra, ser completamente libre, volar. Y esta
libertad sólo la conocen el viento, el mar, y la gente de Guatemala. </div>
Kawimahttp://www.blogger.com/profile/10355089623437527977noreply@blogger.com0