“… No era lo
que hacíamos ni dónde desembarcáramos. La vida con papá siempre fue confusa en
cuanto a espacios y actividades, pero nunca esto condicionó la relación que
existía entre nosotros dos. La vida corría demasiado deprisa como para pararse
a dialogar, y por tanto, no eran pocas las discusiones que en el barco o en la
plaza se sucedían.
Papá y yo
éramos muy diferentes. Nuestra visión de la vida distaba cielos y estrellas,
pero nunca eso fue un impedimento para que formáramos un buen equipo. Su ambición,
y su afán por la perfección o el renombre chocaban con mi pasión por los
detalles, el trato con la gente o el amor por los sueños. Pero soñar era pecado
para papá. Para él, todo aquello que nos alejara de tener los pies en el suelo
y nos elevara, no suponía más que una amenaza para caer y darse bien fuerte en
la cabeza. Y es ahí, Kevin-decía de forma enérgica mientras me tocaba con su
dedo índice la frente- en esa cabezota que tienes, donde deben habitar las
ideas, y no los sueños. Y si te la rompes, ya no querrás soñar más. Ni pensar.
Cuídate bien de tus sueños, porque están hechos de tequila y sal.
[…] Durante
esos años, papá nunca descansó. Y acompañarle tampoco me permitió descansar a
mí. Ni soñar. Pero no me importaba, porque él contaba conmigo, y como adulto me
trataba. Incluso cuando no me comprendía, me amaba. Incluso cuando no me
soportaba, sonreía. Y yo, con eso, me conformaba.”
¿De dónde ha salido este bello fragmento?
ResponderEliminarEs de una servidora, hago como extractos de narraciones más grandes que aún no he escrito. Como si tuvieras una idea en la cabeza y sacaras sólo un trocito.
EliminarMe encanta que te guste! :D